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lunes, noviembre 18, 2024

Bolivarenses cuentan cuánto les dura la quincena en el bolsillo

Ya depositaron la santa quincena”. Es la frase más sonada los días 15 y último de cada mes en las oficinas de cualquier empresa. Lo que podría significar la mayor alegría para cualquier trabajador porque después de unos largos 15 días de trabajo por fin recibirá la recompensa por todo su esfuerzo.

Pero en el caso de Venezuela esta alegría parece ser “triste” ante el alto costo de la vida.

Para una persona que gana el sueldo mínimo que roza los 30 dólares, estirar la quincena es una tarea muy ardua cuando se sacan cuentas.

Específicamente en Ciudad Bolívar, cuando en promedio se requieren por lo menos unos 50 dólares semanales para cubrir los gastos alimenticios de una familia de tan solo 3 personas, genera expectativa saber cómo hace el ciudadano común que, apenas gana salario mínimo, para cubrir sus necesidades básicas.

Es por ello, que en esta oportunidad el equipo reporteril de El Luchador consultó a varios compradores que se encontraban en el mercado periférico para conocer cómo hacen para que el sueldo les alcance, y más allá de eso, conocer cuánto tiempo les dura la quincena en el bolsillo.

“Mira, mi sueldo es como la cebolla, lo veo en la cuenta y me dan ganas de llorar.  Lamentablemente hace rato que cobrar dejó de ser la gran alegría. Anteriormente me organizaba con mi familia hasta para comprar las cervecitas pero es un lujo que ya no puede uno darse, por lo menos yo que gano sueldo mínimo”, expresó el señor Amilcar, quien además nos comentó que su trabajo no es fijo y debe mantener a sus dos hijos.

En el caso de Carmen Farfán, la historia también es dura, pero ella se lo toma con la jocosidad que caracteriza al venezolano.

“Mi sueldo es como mágico, hago dos pagos y desaparece; más tarda uno en ganárselo que en gastarlo. Lo que hago es usarlo para comprar comida y pagar algunos servicios. Me depositaron hace rato, pero después que salga de aquí ya quedó limpia. Lo que compré es para comer apenas unos tres días. A lo largo del mes lo que hago es ingeniármela vendiendo helados o una que otra cosita. Solo ruego a Dios no enfermarme”, refirió la señora.

Los bonos son un remedio

A esta realidad se suma como un “alivio” los diferentes bonos que llegan a través del Sistema Patria que para los consultados “por lo menos remedian”.

“A mi me llega Hogares de la patria, los bonos y la Economía familiar. No es que alcance mucho pero para algo sirven, aunque sea para comprar harinas o algo que se acabe en la casa. Es difícil para los más desposeídos lidiar con el tema económico. Uno debe tomársela con risas para no morir de una depresión. Por lo menos Dios no me desampara y siempre mato un tigrito mientras llega la otra quincena. Agradezco tener un ingreso, así sea poco. Ojalá en algún momento la realidad cambie y volvamos a alegrarnos cuando caiga la quincena, que ya ésta parece atea porque a veces hasta dudo de su existencia”, concluyó entre risas y un poco de desconsuelo en su mirada la señora Carmen.

Gledis Bonilla

Jesús David Oca
Jesús David Oca
Periodista, técnico en producción de medios, redactor y blogger venezolano. Amante de la literatura, música, curiosidades y la cultura.
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