La pérdida del cabello se presenta gradualmente y puede suceder por parches o generalizada, de acuerdo a reseñas de medios internacionales.
El portal web Medline Plus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explicó que el estrés físico o emocional puede causar la caída de la mitad hasta tres cuartos del cabello en el cuero cabelludo y este tipo de pérdida se denomina efluvio telógeno.
De hecho, el cabello tiende a caerse en mechones cuando se aplica el champú, se peina o se pasan las manos a través del pelo. Además, es posible que no se note esto durante semanas a meses, después del episodio de estrés y la muda de cabello disminuirá durante seis a ocho meses.
Adicional, el efluvio telógeno generalmente es temporal, pero puede volverse prolongado (crónico).
Sobre la misma línea, las causas de este tipo de caída del cabello son:
Fiebre alta o infección grave.
Cirugía mayor, enfermedad grave, sangrado súbito.
Estrés emocional intenso.
Dietas drásticas, especialmente las que no contienen suficiente proteína.
Fármacos, incluso retinoides, pastillas anticonceptivas, betabloqueadores, bloqueadores de los canales del calcio, ciertos antidepresivos, Aine (incluyendo ibuprofeno).
De igual forma, la entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, Mayo Clinic, indicó que otros tipos de caída del pelo que pueden asociarse a niveles elevados de estrés son:
Tricotilomanía: La tricotilomanía es una necesidad irresistible y recurrente de arrancarse el cabello del cuero cabelludo, de las cejas o de otras zonas del cuerpo, aunque se intente detener. Jalarse el pelo puede ser una forma de afrontar sentimientos negativos o incómodos, como el estrés, la tensión, la soledad, el aburrimiento o la frustración.
Alopecia areata: Se cree que hay una serie de factores que causan la alopecia areata, como el estrés grave. En la alopecia areata, el sistema inmunitario del organismo ataca los folículos pilosos, lo que provoca la caída del cabello.
Por su parte, para evitar la caída de cabello existen diferentes vitaminas que ayudan como la tiamina o la vitamina B1, la vitamina B2 o riboflavina, la vitamina B3 o niacina, la vitamina B5 o ácido pantoténico, la vitamina B6 o también conocida como piridoxina, la vitamina B7 o biotina, la vitamina B9 o ácido fólico, o la B12 o cobalamina.
De igual forma, existen otros consejos para cuidar el cabello como:
Ser amable con el cabello y usar un desenredante y evitar tirones al cepillar y peinar el cabello, especialmente si está mojado. Con un peine de dientes anchos se podrían evitar los tirones del cabello.
Evitar los tratamientos fuertes, como los rizadores calientes, las planchas para el cabello, los tratamientos con aceite caliente y las permanentes.
Limitar la tensión en el cabello de los estilos en los que se usan bandas elásticas, hebillas y trenzas.
Proteger el cabello de la luz del sol y de otras fuentes de luz ultravioleta.
Dejar de fumar, ya que en algunos estudios se ha demostrado una relación entre el tabaquismo y la calvicie entre los hombres.
Adicional, para tener el cabello sano no hay que lavarlo tan seguido, porque el agua y los productos de limpieza le quitan al cabello sus aceites naturales que lo ayudan a mantener la hidratación.
En consecuencia, lavarlo cada dos o tres días es lo recomendable. Además, lo más aconsejable es utilizar agua tibia, que no supere los 36º C y acabar el lavado con agua fría, para cerrar y sellar las cutículas y conseguir así más brillo.
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