Padecer de un evento cardíaco es una urgencia médica que debe ser atendida con velocidad, porque la interrupción del flujo de sangre que se dirige al corazón podría destruir parte del músculo cardíaco, inclusive, debilitarlo y hacerlo más propenso a sufrir otros infartos.
Los minutos cuentan. Recuperar el flujo sanguíneo no es tarea sencilla en pacientes con un corazón debilitado. Es por eso que resulta necesario asistirlo con dispositivos que le permitan el bombeo sangre en medio de los procedimientos de intervención cardíaca.
Sin embargo, la buena noticia es que Venezuela ya cuenta con asistencia circulatoria a través de un dispositivo llamado «Impella». Por primera vez en el país, se colocó el 24 de septiembre este dispositivo en un paciente adulto mayor en el Centro Médico Docente La Trinidad, en Caracas, a cargo de los médicos intervencionistas Dr. Bruno Burger y el Dr. Luis Cressa.
Adicionalmente, también contó con un grupo de especialistas y técnicos del área de la hemodinamia.
Con esta innovación en el país, este tipo de dispositivos salvarán y prolongarán la vida de los pacientes infartados.
Entre los mayores beneficios que ofrece «Impella» es que tiene la capacidad de sustituir completamente la función del corazón: permite trabajar las arterias coronarias en pacientes con un corazón muy dañado, garantiza una mayor protección y mejor sobrevida de los pacientes que son llevados a una angioplastia de alto riesgo en choque cardiogénico y asegura la circulación a todo el organismo durante el procedimiento.
Además, varios países, entre ellos España, México y ahora Venezuela, utilizan este dispositivo para salvar la vida de personas con infartos.
Nota de prensa