En medio de las tensiones entre Arabia Saudita y Estados Unidos por el anuncio del recorte de la producción diaria de petróleo por parte de la OPEP+, el reino se acerca a China.
En medio de las tensiones entre Arabia Saudita y Estados Unidos, luego de que trascendiera que Joe Biden intentó presionar al primer ministro y príncipe heredero Mohamed bin Salman a aumentar la producción de petróleo para bajar el precio internacional y ayudarlo en las elecciones de medio término, ahora el reino árabe anuncia un acercamiento sin precedentes a China.
El príncipe Abdulaziz bin Salman, ministro de Energía saudí, y Zhang Jianhua, director de la Administración Nacional de Energía de China, afirmaron esta semana que reforzarán sus lazos en el sector energético luego de una videoconferencia entre sus equipos técnicos.
En la reunión, los funcionarios acordaron profundizar la cooperación en la cadena de suministro de energía mediante el establecimiento de un “centro regional” para que los fabricantes chinos en el reino aprovechen el acceso de Arabia Saudita a tres continentes.
“También destacaron la importancia del suministro de petróleo confiable y a largo plazo para estabilizar un mercado global que soporta diversas incertidumbres debido a situaciones internacionales complejas y cambiantes”, se dijo desde el gobierno saudí; y agregaron que el reino sigue siendo el socio y proveedor más confiable de China de petróleo crudo. Arabia Saudita es el mayor productor de petróleo del mundo y China es el mayor importador de petróleo del reino saudí.
El año pasado, las exportaciones a China representaron el 27% de las exportaciones totales de petróleo crudo de Arabia Saudita, un récord de 1,75 millones de barriles por día, según datos del Instituto Mercator para Estudios de China.
Los dos países establecieron una “asociación estratégica integral” en 2016, también cuando hubo roces entre la Corona saudí y la Casa Blanca, en ese momento a cargo de Barack Obama, prometiendo una cooperación integral, incluso en energía y comercio.
El ministro saudí reafirmó a primera hora del viernes desde Nueva Delhi, capital de la India, la decisión de la OPEP+ de no subir la producción de petróleo. La reunión entre los funcionarios de energía de ambos países se produce antes de los recortes de producción de petróleo planeados por el grupo liderado por Arabia Saudita para noviembre.
La OPEP+ acordó el recorte más profundo a la producción de petróleo desde la pandemia de coronavirus. La organización anunció que produciría 2 millones de barriles menos al día.
La Corona justificó que el recorte de 2 millones de barriles por día de producción, equivalente al 2% de la oferta mundial, era necesario para responder al aumento de las tasas de interés en Occidente y a una economía global más débil.
La medida se corresponde a una disminución de la demanda mundial, pero Estados Unidos ha expresado su preocupación por el efecto que tendrá sobre los precios de la gasolina y el impacto negativo que tendrá sobre en su economía, a dos semanas de las elecciones de mitad de período.
El 11 de octubre pasado, Biden había advertido a Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo del mundo, de que habría “consecuencias” a raíz de los recortes de producción que se produjeron cuando el mundo lucha por hacer frente a los altos precios de la energía debido a la inflación y a la guerra en Ucrania.
En su momento, el mandatario estadounidense dijo públicamente: “Necesitamos reevaluar nuestra relación con Arabia Saudita y tener una relación diferente, especialmente después de la decisión que se tomó en la OPEP+”.
El mismo ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita dijo que funcionarios del gobierno de Biden amenazaron a bin Salman para que retrasaran la decisión de la OPEP+ para reducir la producción de petróleo. Recordemos que Estados Unidos actualmente atraviesa una crisis económica severa: inflación, recesión, desabastecimiento de energía y caída de los índices bursátiles.
Varios líderes demócratas, que están furiosos con el recorte de producción que se produjo antes de las cruciales elecciones de mitad de término, pidieron que la Casa Blanca presione a Arabia Saudita y a Emiratos Árabes Unidos para revertir la decisión de la OPEP+.
Mientras tanto, el mismo ministro de Inversiones saudí, Khalid al-Falih, dijo que “Riad superaría esta reciente disputa con Washington”, injustificada en su opinión, y agregó que ambos países eran “aliados sólidos” a largo plazo.
Pero sus palabras quedaron en el aire, y rápidamente retrucó: “Por otro lado, somos muy fuertes con nuestros socios asiáticos”, nombrando a Japón y Corea, y señalando que China era el mayor importador de hidrocarburos de Arabia Saudita. Varios analistas han sugerido que la reunión energética de Arabia Saudita con China fue un mensaje a Estados Unidos de que el Reino tiene “otros socios”.
Li Shaoxian, especialista en Medio Oriente de la Universidad de Ningxia, dijo que los lazos entre Arabia Saudita y China se fortalecerán con la creciente importancia geopolítica del reino en medio de la guerra de Rusia en Ucrania. Además, agregó que las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita han sido extremadamente desequilibradas durante mucho tiempo. El Reino “tiene más opciones ahora. Buscará aún más el equilibrio”, dijo Li.
“Rusia está buscando más cooperación con Arabia Saudita. Las relaciones de China con los saudíes siempre han sido buenas, y ahora muestran una tendencia a un mayor fortalecimiento. La dependencia de Europa de ella está aumentando, por lo que su relación con los Estados Unidos debe ajustarse”, agregó Li.
Arabia Saudita y China han disfrutado durante mucho tiempo de sólidos lazos energéticos, y las relaciones se están expandiendo a otros sectores, ya que Riad buscaba diversificar su economía y reducir su dependencia del petróleo como parte de su plan Visión 2030.
Victor Gao Zhikai, subdirector del Centro para China y la Globalización, un grupo de expertos con sede en Beijing, y asesor de Saudi Aramco, la compañía saudí de producción de petróleo más grande del mundo, dijo que China ampliaría la inversión en Arabia Saudita, particularmente en infraestructura.
“China ve a Arabia Saudita como un socio importante, por lo que estamos dispuestos a invertir en Arabia Saudita y construir fábricas, y hacer sustitución de importaciones“, dijo Gao.
“Incluso puede usar a Arabia Saudita como cabeza de puente hacia el mundo islámico, Asia Occidental y África del Norte, entre otros, porque Arabia Saudita tiene una influencia significativa en estos países“, finalizó Gao. Agregó que China había valorado durante mucho tiempo su relación con Arabia Saudita, en contraste con las relaciones “irrespetuosas” y “cautelosas” de Washington con Riad.
Como es costumbre para China en cualquier negociación internacional, también puso sobre la mesa potenciar la participación de Arabia Saudita en el programa Belt & Road Initiative (Nueva Ruta de la Seda), que implica que recibir una serie de préstamos de Beijing para construir infraestructura clave en su país.
Arabia Saudita ya fue el mayor receptor de inversiones de la Iniciativa en la primera mitad de este año, atrayendo US $ 5,5 mil millones, según un informe de la Universidad de Fudan.
Cabe recordar que China da estos préstamos a tasas irrisorias, pero incluye clausulas que le permiten a Beijing ejecutar estas obras en caso de que haya impagos. En un país como Arabia Saudita es una apuesta a muy largo plazo, pero China ya se ha quedado con aeropuertos, puertos, ferrocarriles, rutas y demás infaestructura clave para el comercio en países de África, Sudamérica y hasta de algunas zonas de Europa.
El Universal