Un equipo de investigadores del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) ha descubierto un factor clave que protege al corazón tras un infarto y cuyos niveles, además, pueden ayudar a predecir posibles secuelas graves en el funcionamiento de este órgano.
Los detalles de la investigación, liderada por Pilar Martín, jefa del Grupo de Moléculas Reguladoras de los Procesos Inflamatorios del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), se publican hoy en la revista Journal of Clinical Investigation.
El estudio explica que la expresión del receptor CD69 en los linfocitos T reguladores protege al corazón después de sufrir un infarto, porque controla la inflamación exacerbada que causa el daño cardíaco a medio plazo.
El trabajo, en el que han participado científicos del CIBERCV en el Hospital Universitario de La Princesa (Madrid), el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona y el IIB-Sant Pau, también de Barcelona, desvela además que los niveles de este receptor CD69 en sangre periférica podrían predecir el desarrollo de fallo cardíaco, es decir, de secuelas graves en la funcionalidad del corazón.
Los linfocitos T reguladores son las células encargadas de controlar a otros elementos del sistema inmune para evitar que las respuestas inflamatorias descontroladas «puedan acabar causando un daño no deseado«, explica Rafael Blanco-Domínguez, primer firmante del trabajo e investigador del CNIC.
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