El dolor de rodilla puede ser resultado de una lesión, como una ruptura de ligamento o un desgarro de cartílago, a continuación, se explica los síntomas que representan:
Inflamación y rigidez.
Enrojecimiento y temperatura al tacto.
Debilidad o inestabilidad.
Sonidos de chasquidos o crujidos.
Incapacidad de enderezar completamente la rodilla.
Por otro lado, el dolor de pierna puede deberse a un calambre, una lesión u otras causas, como por ejemplo:
Deshidratación o cantidades bajas de potasio, sodio, calcio o magnesio en la sangre.
Fatiga o distensión muscular por sobrecarga, ejercicio excesivo o por mantener un músculo en la misma posición durante un período prolongado.
Una lesión también puede causar dolor de pierna por:
Desgarro o estiramiento muscular exagerado (distensión muscular).
Fisura delgada en el hueso (fractura por sobrecarga).
Tendón inflamado (tendinitis).
Calambres en la pierna (dolor en la parte frontal de la pierna debido a sobrecarga o golpes repetitivos).
Otras causas comunes de dolor en la pierna son:
Enfermedad arterial periférica (EAP), la cual provoca un problema con el flujo de sangre a las piernas (este tipo de dolor llamado claudicación se siente generalmente al hacer ejercicio o caminar y se alivia con el descanso).
Infección del hueso (osteomielitis) o de la piel y el tejido blando (celulitis).
El daño al nervio común en personas con diabetes, fumadores y alcohólicos.
Venas varicosas.
Dicho lo anterior, una crema de bicarbonato puede aliviar los dolores y para prepararla hay que mezclar una cucharada de bicarbonato más 50 gramos de crema corporal y el jugo de medio limón. Después, se almacena en un recipiente de vidrio y se deja reposar por 24 horas, para finalmente, aplicar sobre la zona adolorida.
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