La malaria provocó la muerte de 619.000 personas en 2021, un 0,96 % menos que en el año anterior, pero un 8,23 % más que en 2019, el último año antes del inicio de la pandemia de la covid-19, según el informe global sobre la enfermedad publicado hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El año pasado se registraron 247 millones de casos de malaria (también conocida como paludismo) en todo el mundo, lo que supone un aumento del 0,8 % respecto al mismo dato del año pasado y un incremento del 6,07 % si se compara con los contagios reportados en 2019.
Según el jefe de la unidad de información estratégica para la respuesta del programa mundial contra la malaria de la OMS, Abdisalan Noor, de mantenerse estas tendencias, el mundo no alcanzaría el objetivo de reducir en un 90 % las tasas de incidencia y mortalidad de la malaria en el año 2030.
Los efectos de la pandemia en la distribución de herramientas de prevención y las interrupciones totales o parciales de la prestación de servicios sanitarios causaron “un aumento de la carga de malaria en muchos países”, según Noor.
Estas alteraciones pudieron suponer 63.000 muertos y 13 millones de casos adicionales de paludismo entre 2020 y 2021.
Por regiones, África continúa siendo el principal foco de la malaria, con más del 96 % de las muertes registradas a nivel global y más del 95 % de los casos contabilizados, según el informe de la OMS.
Casi el 80 % de los decesos que tuvieron lugar en África fueron de niños menores de cinco años.
LAS MOSQUITERAS Y LOS TESTS PIERDEN EFECTIVIDAD
“Otros factores que repercuten en su efectividad son el uso inadecuado y el cambio de comportamiento de los mosquitos, que parecen picar temprano, antes de que las personas se acuesten, y reposan fuera de las viviendas”, añadió Noor.
Para intentar preservar la efectividad de las mosquiteras, la OMS recomendó cambiar la combinación de insecticidas que se aplican sobre las redes y aseguró que la organización realizará un seguimiento de su durabilidad física.
En cuanto a las pruebas de diagnóstico, las diversas mutaciones de los parásitos infecciosos han provocado la pérdida de sensibilidad de estos tests.
EFE