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sábado, septiembre 21, 2024

El «Pinocho de Guillermo del Toro», un viaje tan transformador como sublime

Conmovedora hasta las lágrimas, reflexiva y fantástica. El «Pinocho de Guillermo del Toro» no decepcionó y nos regaló 117 minutos maravillosos llenos de nostalgias por el clásico de nuestra niñez, pero también una historia llena de momentos tan únicos como especiales, que se instalaron en el catálogo de Netflix desde el pasado 9 de diciembre y desde entonces se mantiene dentro del top 10.

El Geppetto moderno, a diferencia de la versión de Disney, sufre una fuerte depresión por la pérdida de su único hijo por culpa de la guerra. Cuando su Carlo vivía, el carpintero era un ciudadano ejemplar: buen padre, buen vecino, buen católico; pero cuando su pequeño es asesinado por una bomba que no debió caer, se alcoholiza y no logra levantarse del duro golpe que recibió. Así comienza un bonito viaje reflexivo que usa el cuento de Carlo Collodi del niño de madera que se convierte en uno de carne y hueso.

Sí, hay muchas similitudes, pero también hay grandes diferencias. No podía ser distinto para Guillermo del Toro, quien está acostumbrado a regalarnos personajes oscuros y densos.

Niño desobediente

En esta apuesta no podía faltar el otrora Pepe Grillo, esta vez bajo el nombre de Santiago. Con él empiezan a desfilar una serie de personajes del universo de Del Toro, oscuros y místicos, poderosos e increíbles, que llenarán de magia esta adaptación.

No hay que dejar de lado el guiño a Frankenstein del que llegó a hacer referencia el realizador mexicano. La rabia y el dolor se apoderan del artesano, quien busca crear un niño para revivir a su Carlo, conmoviendo a seres mitológicos que le cumplen su deseo.

Pero aquel hijo ejemplar es muy distinto a Pinocho, una marioneta con vida que está lejos de obedecer las normas, escandalizando a la iglesia, al pueblo y a las autoridades del lugar.

Fascismo

El «Pinocho de Guillermo del Toro» se desarrolla durante el auge del fascismo de Benito Mussolini y los conflictos que se sucedieron durante la Segunda Guerra Mundial.

La arbitrariedad de los funcionarios de il Duce quedó retratada en esta cinta en un personaje que no apareció en la película de la factoría de Mickey Mouse, Podestà, así como microtramas que muestran la sumisión del pueblo italiano y la maldad de los seguidores del líder fascista, que se encarna en el despiadado Conde Volpe.

Todos ellos logran que el televidente reflexione sobre el alto costo de la guerra, un discurso que llega cuando las tensiones entre Rusia y Ucrania empiezan a sentirse nuevamente.

Viaje transformador

Si bien el trabajo en stop-motion que hizo Del Toro y su equipo con el niño mentiroso al que le crece la nariz, el guion no deja de deslumbrar con diálogos inteligentes que son verdaderos dardos que llegan al corazón.

En su Pinocho, el azteca dibuja la muerte de una manera sublime, sobre todo porque en principio se retrata el sufrimiento de un padre que debe enterrar a su hijo, una pérdida que solo quien ha pasado por eso puede entender.

Pero también se habla de la partida de los seres queridos, los errores que cometen los padres y las consecuencias en los hijos, el poder de la transformación de las personas (y los animales de la trama) y la despedida de los seres queridos.

Vale 100% ver «Pinocho de Guillermo del Toro», un viaje hermoso que hay que hacer más de una vez.

Ch

Jesús David Oca
Jesús David Oca
Periodista, técnico en producción de medios, redactor y blogger venezolano. Amante de la literatura, música, curiosidades y la cultura.
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