En los últimos cinco años han fallecido o desaparecido 11.286 personas, seis cada día, al intentar cruzar la frontera occidental marítimo-terrestre entre África y Europa; esencialmente España, según el informe «Víctimas de la Necrofrontera 2018-2022», de la ONG española Ca-minando Fronteras.
De esa cantidad, 1.272 fueron mujeres, además de 377 niños; en ese período desaparecieron 241 embarcaciones precarias con todas las personas que viajaban en ellas cuando trataban de alcanzar las costas españolas de manera irregular.
La coordinadora del informe, Helena Maleno Garzón, subrayó este lunes que este recuento de víctimas «deberían hacerlo las administraciones públicas» para «informar a las familias de los migrantes fallecidos».
Esto, argumentó, «es un acto de reparación», pero los gobiernos «se limitan a contar sólo a las personas que consiguen llegar».
«Las poblaciones que transitan las fronteras son grupos a los que los Estados les permite transitar en un sistema donde pueden morir y en el que las mujeres son víctimas sexuales», incidió la coordinadora.
Y denunció un «sesgo racista en la defensa del derecho a la vida con las personas migrantes».
Entre las «prácticas recurrentes» y los «factores estructurales» que afectan a la vida de los migrantes; la coordinadora citó la «inactivación de métodos de búsqueda y rescate»; la «falta de colaboración entre países en la defensa del derecho a la vida», las malas condiciones de las embarcaciones y que las rutas «cada vez son más largas y difíciles».
Otros de los factores negativos, según Ca-minando fronteras; es la negación del derecho de auxilio por parte de barcos pesqueros «por temor a represalias» o los abordajes; en los que «las embarcaciones vuelcan y todos lo ocupantes mueren».
Rutas más peligrosas
Según el informe, las personas que perdieron la vida en estos cinco años procedían de 31 países y habían participado en rutas migratorias muy diferentes.
En este sentido, el estudio señala como «muy relevante» el cambio a rutas más peligrosas; como la atlántica hacia las islas españolas de Canarias o la que discurre hacia Argelia.
La ruta atlántica, la más mortal, tuvo 7.692 víctimas; y en la argelina fallecieron 1.526.
También hacia España, la ruta del mar Alborán registró 1.493 víctimas; en la del Estrecho de Gibraltar perecieron otras 528; y 47 más en la terrestre de las vallas fronterizas de las ciudades norteafricanas españolas de Ceuta y Melilla.
Sobre la ruta argelina, Maleno denunció que está «totalmente invisibilizada e infracontada», cuando es «muy peligrosa» porque los migrantes «son una moneda de cambio en las relaciones entre países».
Del periodo estudiado, 2021 «fue una catástrofe», puesto que «murieron 4.639 personas, doce cada día, cuando intentaban llegar a España, el doble del año anterior, según el informe.
Entre las razones, apunta el documento, están las políticas de la disuasión implementadas por varios países en 2020, y que provocaron la apertura de rutas más peligrosas como las citadas, con alta mortandad.
EFE