Por un famoso cachetazo que desvirtuó todo su espíritu festivo, los Premios Óscar dejaron un sabor amargo en 2022, al menos para la mayoría… porque los Globos de Oro no desaprovecharon el papayazo anímico de su “hermano mayor”. En él, vieron la oportunidad de renacer y pavimentar su relevancia. Después de dos años de olvido y cancelación, están de vuelta en las primeras planas y entre sus nominados están las películas y series más comentadas de la temporada.
Y los Globos sí necesitaban un momento gris de los Óscar para revivir, pues un océano de escándalos, que incluían racismo, corrupción y acosos sexuales perpetrados desde la cúpula principal de la organización detrás del evento (la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, HFPA), los había borrado del mapa. La premiación no tuvo lugar en 2021 y en 2022 se celebró a puerta cerrada, sin televisión, sin pompa y sin mayor orgullo de parte de los ganadores. En medio de la tormenta, Tom Cruise fue categórico en devolver los tres galardones que ganó en su carrera (aún no los ha reclamado).
Pero aun sin Tom Cruise, 2023 luce distinto, luego de una limpieza de personal simbolizada por la salida de su figura más tóxica, Philip Berk. El exdirector de la HFPA, a quien el actor Brendan Fraser señala de acosarlo sexualmente, se atrevió a tildar a Black Lives Matter como un “movimiento de odio racista”. Además, se materializó una visión más inclusiva del jurado al sumar integrantes de distintos colores de piel y procedencias. Así se configuró el remake para salir de las catacumbas del espectáculo.
Lo altamente improbable sucedió. Justo en su edición 80, los Globos de Oro vuelven a ser el punto inicial de la temporada, y consolidan su nueva era desde el presentador de su ceremonia. El escogido fue el comediante Jerrod Carmichael, cuyo estilo es menos cáustico que el de Ricky Gervais (el más famoso de la historia de la entrega), pero quien es capaz de entregar los golpes humorísticos necesarios para exorcizar las críticas mirándolas a la cara. No cabe duda de que el astuto comediante negro y homosexual anotará cómo, en un año de diversidad recargada, no hubo mujeres nominadas en la categoría de mejor dirección.
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