Científicos han detectado un misterioso repunte en la aparición de inexplicables manchas de agua blanca en la franja de océano situada entre Florida y las Bahamas, según un nuevo estudio reciente publicado en la revista Remote Sensing of Environment basado en observaciones por satélite.
El «fenómeno de la pescadilla»
Por lo menos desde la década de 1930 los investigadores han observado las extrañas manchas de agua de color blanco lechoso, que suelen cubrir una superficie equivalente a unos cientos de campos de fútbol, en aguas poco profundas de los bancos de las Bahamas.
No obstante, los científicos siguen sin entender por qué se produce el curioso fenómeno conocido como el «fenómeno de la pescadilla». Lo único que se sabe al respecto es que las manchas de agua descolorida se debían a la abundancia de partículas de carbonato cálcico de grano fino suspendidas en el agua, pero no está claro por qué las nubes de granos aparecen esporádicamente en el océano.
Este no es el único lugar donde pueden observarse las desconcertantes manchas de color claro del océano–a veces aparecen en otros océanos y lagos de todo el mundo–, pero en las Bahamas aparecen con más frecuencia de lo habitual.
Para arrojar luz sobre este enigma, científicos de la Universidad del Sur de Florida recopilaron imágenes del satélite Aqua de la NASA entre 2003 y 2020 para mostrar cómo fluyen y refluyen las pescadillas en las Bahamas.
Teorías previas
Hasta la fecha, algunos expertos han argumentado que se trata principalmente de un proceso mecánico, en el que las corrientes dragan los sedimentos de carbonato cálcico, según informa el Observatorio de la Tierra de la NASA. Otros, prosigue la agencia, han propuesto que las floraciones de fitoplancton y otros procesos biológicos o químicos podrían ser clave para desencadenar los episodios de pescadilla.
«Misterioso aumento» en los eventos de pescadilla
«Pero en realidad no hay consenso científico sobre las causas», explica Chuanmin Hu, oceanógrafo de la Universidad del Sur de Florida, que, con su estudio –con herramienta de aprendizaje automático–, reveló un «misterioso aumento» en los eventos de pescadilla en la última década, que alcanzó su punto máximo en 2015, así como patrones estacionales en estas decoloraciones. Después de 2015, la superficie total afectada comenzó a disminuir gradualmente.
«Me gustaría poder decirle por qué vimos ese pico de actividad, pero aún no hemos llegado a eso», dijo Hu.
«Vemos algunas relaciones interesantes entre las condiciones ambientales, como el pH, la salinidad del agua y el comportamiento de los vientos y las corrientes, pero aún no podemos decir qué procesos mecánicos, biológicos o químicos exactos fueron responsables de ese pico de actividad. En última instancia, tenemos que hacer más experimentos de campo y combinarlos con investigaciones de teledetección como ésta para comprender mejor los procesos de formación», agregó.
Con información de DW.