El paso del ciclón Gabrielle por la Isla Norte de Nueva Zelanda dejó este lunes a unos 58.000 hogares y comercios sin electricidad, a consecuencia de las fuertes tormentas, inundaciones y olas gigantes que azotan con fuerza a esa región, la más poblada del país.
«A pesar de los daños y trastornos generalizados de anoche y esta mañana, se prevé un empeoramiento del tiempo en muchas regiones», de acuerdo a un comunicado publicado hoy por el servicio neozelandés de meteorología MetService.
Gabrielle derribó árboles y tendidos eléctricos, dejó carreteras cortadas y anegadas, puentes cubiertos y golpeados por olas gigantescas, temporales furiosos, en varias zonas de la ciudad de Auckland y otras partes de la Isla Norte.
Las autoridades neozelandesas -que prevén enviar a 150 soldados si se agrava la situación- informaron que Gabrielle, que fue rebajado desde ciclón de categoría 2 (sobre un máximo de 5) a fuerte tormenta tropical, tocó tierra anoche en el extremo septentrional de la isla Norte, con rachas de hasta 150 kilómetros por hora.
El paso de Gabrielle también ha obligado el cierre este lunes de la mayoría de las escuelas y varias carreteras, así como los servicios no esenciales, como las bibliotecas, mientras que diversos servicios de transporte se mantienen paralizados.
Además, aerolíneas domésticas e internacionales han suspendidos los vuelos desde Auckland hasta el martes, entre ellos Air New Zealand, la principal del país y que informó de que la suspensión de unos 500 vuelos afectaron los desplazamientos de unos 10.000 pasajeros al exterior.
Gabrielle cambió el fin de semana repentinamente de rumbo y evitó pasar por Islas Norfolk, administradas por Australia, donde se había declarado el sábado la «alerta roja» ante su posible llegada.
EFE