Si hay algo que caracteriza a Venecia son sus canales, sus góndolas y sus turistas. Todos ellos tienen algo en común, el agua que corre por las calles de esta ciudad del norte de Italia, que es uno de los epicentros del turismo mundial.
Sin embargo, estos días los canales se han quedado secos y el agua ha desaparecido: ¿qué ha pasado? La culpa la tiene el agua baja, un fenómeno asociado a las mareas y que ha provocado una disminución del nivel del agua hasta llegar a dejar algunos canales completamente secos.
Esa situación ha obligado a muchas góndolas a detener su actividad en una ciudad ya de por sí enormemente afectada por la pandemia y la ausencia de turistas.
Según los datos del Centro de Informes y Pronóstico de Mareas de Venecia que recoge Sputnik News, desde el día 24 de febrero los niveles de agua se sitúan «por debajo de los valores normales».
Esos valores estarían habitualmente entre -50 y 79 centímetros, pero durante una semana las mareas han provocado que el agua casi haya desaparecido.
Agua baja y agua alta
Este fenómeno del agua baja es el opuesto a la marea alta que asoló Venecia en 2019 y que provocó graves inundaciones en la ciudad. El nivel del agua llegó a alcanzar los 166 centímetros, una cifra que no se veía desde las famosas inundaciones de hace medio siglo, cuando el agua alcanzó los 187 centímetros de altura.
El agua alta, la pandemia y, ahora, el agua baja ha dejado a Venecia sin turistas El agua alta dejó una factura de más de 1.000 millones de euros en la ciudad, pero desde entonces la situación no ha podido ir a peor.
A los daños que dejó aquella crecida le siguieron los provocados por la pandemia, que dejaron desiertas las calles de Venecia durante meses, provocando el cierre de decenas de negocios relacionados con el turismo y la hostelería.
Las tradicionales imágenes de la Plaza de San Marcos llena de turistas son hoy recuerdos del pasado y los cruceros llenos de viajeros que soñaban con conocer esta famosa ciudad siguen hoy amarrados a puerto. Las autoridades venecianas sueñan con que muy pronto se pueda recuperar la normalidad y que Venecia vuelva a ser esa ciudad siempre despierta que recibe a millones de visitantes cada año.
EL CONFIDENCIAL