Para combatir la destrucción en curso de la selva tropical de la Amazonía, Brasil anunció el martes un plan para ampliar drásticamente la tala selectiva a una zona del tamaño de Costa Rica en los próximos dos años.
En Brasil, los vastos terrenos forestales se consideran públicos, pero no gozan de protección especial ni se les aplica la ley, por lo que son vulnerables al acaparamiento de tierras y la deforestación ilegal. Los delincuentes suelen apoderarse de las tierras y desbrozarlas con la esperanza de que el gobierno acabe reconociéndolas como propietarias, lo que suele ocurrir.
“El principal objetivo de las concesiones forestales es la conservación de estas zonas”, señaló Renato Rosenberg, director de concesiones forestales del Servicio Forestal de Brasil, durante una conferencia de prensa virtual. “También crean puestos de trabajo e ingresos en partes de la Amazonía que de otro modo tendrían poca actividad económica”.
Las empresas que obtienen concesiones madereras tienen que seguir normas estrictas. Pueden talar hasta seis árboles por hectárea (2,5 acres) durante un periodo de 30 años. Las especies protegidas, como la castaña, y los árboles más viejos que producen semillas, están prohibidos.
Con información de AP.-