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jueves, septiembre 19, 2024

Conoce como prevenir y tratar cicatrices

La piel es el órgano más grande del cuerpo y su principal misión es la de protegerlo de las agresiones externas. Esto supone una gran responsabilidad ya que está expuesta a un sinfín de elementos potencialmente dañinos, muchos de ellos imperceptibles a simple vista como las radiaciones solares, las bacterias o la propia temperatura. Su condición de “armadura del organismo” la convierte en una memoria visible pues es un testigo implicado de los daños que, de un modo u otro, le dejan huella.

Podemos decir que la piel es como un mapa que revela infinidad de vivencias que pueden ser desde incidentes, intervenciones quirúrgicas, alteraciones hormonales, cambios de peso… Y no es algo excepcional. De hecho, existen estudios que confirman que el 66% de la población española reconoce tener alguna cicatriz o marca en el cuerpo, mientras que otras investigaciones señalan que las estrías están presentes en el 55% de mujeres y 25% en hombres en edad adulta.

No todas estas lesiones son iguales y, en muchas ocasiones, lo ideal sería que los vestigios visibles que dejan se quedaran guardados únicamente en la memoria. Sin embargo, nuestra realidad fisiológica demuestra que una cicatriz (en un sentido estricto, las estrías también lo son) no se borra por completo ya que la epidermis no es capaz de regenerarse al 100%. Ese dato no significa que no podamos mejorar significativamente su apariencia y textura gracias a referencias específicas formuladas para prevenir, garantizar una evolución ideal de la lesión o suavizar su apariencia una vez que se han asentado. Con una eficacia avalada por estudios clínicos y con el sello de Trofolastín, firma especializada, descubrimos cuál es el producto más indicado para abordar esa huella cutánea que te quita el sueño.

Cicatrices

Son el resultado de la curación de una herida en la piel que depende de infinidad de factores como las características de la lesión, la zona en la que se localiza (el proceso se complica en las que están sometidas a mayor tensión), la edad o la eficacia del organismo para sanar, entre otros.

Existen diferentes tipos de cicatrices como las planas (las menos complejas porque las fibras de colágeno y elastina cubren el daño de forma idónea), las atróficas (por una insuficiente formación de estas proteínas quedan deprimidas), las hipertróficas (al contrario, hay un exceso de fibras y se muestran elevadas) o las queloides (se produce un extra de tejido que excede los límites de la lesión y suele presentar síntomas). De todas estas, las dos últimas son las menos estéticas y las que implican un mayor reto a la hora de intentar mejorarlas.

Una mención especial merecen las heridas de cesárea que suponen un gran quebradero de cabeza porque son muy profundas -deben seccionarse siete planos para llegar al bebé-, lo que puede aumentar la probabilidad de que surjan complicaciones que deriven en una cicatriz adherida (que se pega a capas más profundas y genera molestias), hipertrófica o queloide.

Sea cómo sea el daño, siempre debes seguir las recomendaciones del profesional médico y mantener ciertos gestos como aplicar un riguroso protocolo antiséptico, evitar los remedios caseros, realizar masajes para evitar la adherencia, no exponerla al sol ni al agua del mar y proteger el área de traumatismos.

Si tu objetivo es optimizar el proceso de curación, evitar que la cicatriz acabe convirtiéndose en un ejemplo de hipertrófica o queloide, o mejorar el aspecto de alguna ya antigua, debes saber que existe un método efectivo y seguro, incluso en los casos de cesáreas.

Un aliado contra las cicatrices

Conocidos como la herramienta infalible de todas las madres que superan un parto difícil, los parches Reductor de Cicatrices de Trofolastín están indicados para prevenir y tratar cualquier caso de hipertrófica o queloide (como mucho de hasta dos años de antigüedad), pero también son efectivas en hombres y en niños a partir de los 5 años.

Se trata de una fórmula concentrada en parches flexibles, impermeables y adherentes que se colocan sobre la lesión, donde deben permanecer hasta que se despegan por sí mismos en torno a una semana después de su colocación. Así, este tratamiento único ejerce una barrera física protectora con un efecto oclusivo y una presión constante con el fin de generar la humedad idónea para que las fibras de colágeno funcionen correctamente. Están disponibles en varios tamaños, se pueden recortar para adaptarse a la geografía de la herida y, muy importante, garantizan una alta protección solar (UPF50+) para reducir las hiperpigmentaciones.

El consejo experto es alargar el tratamiento al menos 8 semanas ya que es cuando se percibe que las cicatrices, tanto hipertróficas como queloides, se reducen de forma visibles.

Estrías

A pesar de su nombre específico, no dejan de ser cicatrices que se producen en la piel al estirarse de forma repentina por un aumento de volumen -puede ser por ejercicio-, cambios bruscos de peso, alteraciones hormonales como la pubertad o el embarazo o por la toma de ciertos fármacos. En estos casos, se produce una rotura y pérdida de fibras de colágeno y elastina lo que provoca la aparición de las características líneas finas en casi cualquier parte del cuerpo (abdomen, muslos, caderas, pecho…) y con mayor frecuencia en la zona del torso, el pecho o los hombros en los hombres.

Las estrías, aunque no implican síntomas, suponen una preocupación estética con dos fases diferentes. La inicial es cuando muestran un particular tono rosado o violáceo y pueden generar cierto picor, debido a que todavía hay un componente inflamatorio. Con el paso del tiempo se asientan, volviéndose más finas y de un color blanco nacarado.

Aunque no es posible eliminarlas por completo, sí que puedes poner todo de tu parte para evitar su aparición o, una vez que ya las luces, lograr minimizarlas. Como gesto esencial es aconsejable seguir una estricta rutina de hidratación diaria por la mañana y por la noche, masajeando con firmeza las zonas más propensas. Cuando ya se han asentado en tu piel, debes protegerlas del sol, ya que al principio puede aumentar la reacción inflamatoria mientras que, cuando son blancas, al no tener melanina, se hacen más visibles a medida que el resto se broncea.

Crema antiestrías de Trofolastín

Los estudios clínicos revelan que la Crema Antiestrías de Trofolastín previene y reduce este dilema en un 89%. La recomendación es utilizarla un par de veces al día, preferiblemente después de la ducha para aprovechar que se dilatan los vasos sanguíneos por la influencia del agua caliente, optimizando su absorción. A la hora de extenderla, es importante cubrir la zona diana y ejecutar masajes circulares que faciliten la penetración. De hecho, si se absorbe muy rápido, puedes hacer una segunda ronda.

Gracias a su composición con triterpenos de centella asiática que potencian la elasticidad de la piel, ayudan a regenerarla y repararla; el aceite de germen de trigo antiaging y rico en vitaminas; e hidrolizados de colágeno y elastina, resulta apta para todos los públicos. Deportistas, adolescentes, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia pueden disfrutar de sus beneficios en una textura cremosa y una nueva fragancia, que la diferencia de otros tratamientos.

Con información de Vanitatis

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