Cada 8 de agosto, se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Fatiga Crónica, una enfermedad crónica y debilitante que afecta a millones de personas en todo el mundo, se caracteriza por una fatiga extrema y persistente que no mejora con el descanso.
Aunque las causas exactas de esta enfermedad no están claras, se cree que factores como infecciones virales, desequilibrios en el sistema inmunológico, estrés y factores genéticos pueden estar involucrados.
El tratamiento del síndrome de fatiga crónica o encefalomielitis miálgica severa se centra en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Esto puede incluir terapias cognitivas, fisioterapia, medicamentos para el dolor y la fatiga, así como cambios en el estilo de vida como una alimentación saludable y ejercicio moderado.
Para prevenir y manejar esta enfermedad, se recomienda consultar a un médico ante la presencia de síntomas persistentes, establecer límites físicos y emocionales, mantener una dieta equilibrada, realizar ejercicio de forma moderada, gestionar el estrés y buscar apoyo emocional en familiares, amigos o grupos de apoyo.
Es fundamental recordar que cada persona es única y puede requerir un enfoque personalizado en el tratamiento y la gestión del síndrome de fatiga crónica. Con el adecuado cuidado médico y la implementación de estrategias de autocuidado, es posible mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad.
