La resequedad de la piel es un problema frecuente, sobre todo en los climas secos y durante el invierno. Por lo general, es producto de las condiciones ambientales o la genética, y puede presentarse en cualquier parte del cuerpo. Si tienes piel reseca, no hay de qué preocuparte, ya que puedes hacer muchas cosas para hidratarla y mantenerla con un aspecto suave y terso.
El agua de los manantiales termales contiene minerales que ayudan a mejorar la salud de la piel. Si la rocías en tu piel de forma moderada (por ejemplo, una o dos veces al día), también la mantendrá hidratada. El agua termal en espray está disponible en Internet, las farmacias o las tiendas de artículos de belleza.
Evita rociar muy seguido el agua termal en tu piel. Aunque parezca contradictorio, humedecer la piel con mucha frecuencia puede terminar resecándola.
Con información de Wikihow