La adicción es un trastorno cerebral crónico que se caracteriza por la búsqueda compulsiva de una recompensa, a pesar de las consecuencias negativas. Cuando una persona consume una droga, se activan los circuitos de recompensa del cerebro, liberando dopamina, un neurotransmisor que produce sensaciones de placer. Con el tiempo, el cerebro se adapta a esta sobreestimulación, lo que lleva a la tolerancia y a la dependencia.
La vulnerabilidad a la adicción es multifactorial y depende de una combinación de factores genéticos, ambientales y sociales. Algunos de los factores de riesgo más comunes incluyen:
La adicción es una enfermedad compleja que requiere un tratamiento especializado. Sin embargo, con el tratamiento adecuado y un fuerte sistema de apoyo, es posible recuperarse y llevar una vida plena y saludable. El tratamiento de la adicción es un proceso complejo que requiere un enfoque multidisciplinario. Los tratamientos más comunes incluyen:
El tratamiento psicológico busca el empoderamiento del paciente mediante un abordaje motivacional. Normalmente, se recurre a la terapia individual, pero el doctor Pol Bruguera, psiquiatra de la Unidad de Conductas Adictivas del Hospital Clínic Barcelona, afirma que la terapia de grupo “es muy útil para compartir experiencias en los diferentes estadios de la enfermedad con el objetivo de prevenir recaídas”.
Esto se puede complementar con un tratamiento farmacológico, que variará según el tipo de fármaco y su función: para sustituir la droga, bloquear sus efectos o reducir el deseo de consumir.
Una recaída no es sinónimo de fracaso. Si alguien se ve en esta situación, debe parar el consumo, visitar a su médico y no automedicarse. Hablar con una persona de confianza puede suponer un gran apoyo, y seguir con los hábitos saludables ayudará a sentir menos malestar general. Lo mejor es evitar situaciones de riesgo en las que se esté en contacto con la sustancia. Es fundamental tener claro que, una vez se ha tomado una droga en exceso, queda una huella en el cerebro. Por ello, no es recomendable consumir ni siquiera una dosis pequeña, ya que podría terminar en recaída.
El mayor apoyo que puede tener una persona con una adicción es la familia. Este círculo puede ayudar al paciente retirando de casa todos los tóxicos u objetos relacionados con el consumo y llamar a los servicios de emergencia en situaciones de riesgo. Es aconsejable escucharle y preguntarle cómo está, creando un clima acogedor y preguntando en positivo. Dialogar, y no acusar, puede ayudar al paciente a no sentirse culpable; y la aceptación, animar al paciente a seguir adelante, también es prioritario para su recuperación.
Con información de La Vanguargia