La mucosidad excesiva en las vías respiratorias puede deberse a un resfriado común, a infecciones pulmonares o a factores ambientales. Conoce las causas que la generan en abundancia y cuándo es un síntoma preocupante.
La producción de mocos en el sistema respiratorio es continua, normal y necesaria. Durante la mayor parte del tiempo, ni siquiera los notamos, dado que son excretados a través de la tos o del aparato digestivo. Sin embargo, algunas situaciones pueden llevar a un exceso de mocos, y a que tengan una consistencia más espesa que conocemos como flema.
Cuando el organismo interpreta que hay una amenaza externa, como ciertos virus, hongos o bacterias, el sistema inmune secreta más mucosidad de la normal. Lo hace a través del epitelio, tejido que recubre el interior de las vías respiratorias.
Entonces, ¿las flemas son una secreción de defensa? Así es, contienen anticuerpos que actúan como barrera protectora frente a dichas amenazas. Si aparecen en exceso o adquieren un tono verdoso, pueden ser síntoma de una infección o responder a otros motivos que es útil conocer.
Con información de Mejor con salud