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miércoles, septiembre 18, 2024

Estas son las consecuencias de consumir mucha sal

Si bien es cierto que la comida sabe mucho mejor cuando se le agrega sal, lo cierto es que un exceso de sodio es nocivo para la salud en varios aspectos.

Hay que tener en cuenta que, además de la que la agregamos a nuestras preparaciones, los alimentos que solemos comer a diario y los que compramos ya hechos, ya suelen tener sal añadida. Por lo tanto, hay que aprender a comer sin agregar sal a los alimentos y comidas que posiblemente ya tengan. Esto es clave a la hora de prevenir o incluso mitigar problemas de salud.

En este artículo te contaremos cuáles son las consecuencias de un consumo excesivo de cloruro sódico, conocido comúnmente como “sal” a secas.

¿Qué pasa en el organismo al comer mucha sal?

El consumo elevado de sodio está relacionado con diversas enfermedades y molestias. Por eso, saber cuáles son es el primer paso para reducir la ingesta.

Ataques cardíacos

Las insuficiencias cardíacas están relacionadas con las grasas, los azúcares y la sal. Esta última aumenta la presión sanguínea y puede derivar en hipertensión.

Según indican los expertos de la Fundación Española del Corazón, el exceso de este condimento puede derivar en problemas como la angina de pecho y ataques cardiovasculares. Asimismo, las hemorragias cerebrales, las embolias y los accidentes cerebrovasculares también podrían tener una misma razón: el consumo desmedido de sal.

Cada vez son más los pacientes que fallecen por estas complicaciones y, precisamente, son mayores los porcentajes en personas que llevan una dieta alta en grasas saturadas, ultraprocesados y grandes cantidades de sal.

Retención de líquidos

Al comer mucha sal, los riñones tienen que trabajar más que de costumbre. Por lo tanto, suelen retener más agua de lo normal, y luego no pueden excretarla como corresponde.

Los edemas son la señal más importante de retención de líquidos. Suelen aparecen sobre todo en los tobillos, las piernas y las manos. El sistema renal se resiente y no puede llevar a cabo el filtrado y depuración de la sangre de manera correcta. Por lo tanto, es más probable sufrir cálculos o insuficiencias en los riñones si se lleva una dieta con mucha sal.

Osteoporosis, otra consecuencia común de comer mucha sal

La falta de calcio no es la única que empeora la salud de los huesos. El exceso de sodio en el organismo también los perjudica. Esto se debe a que la sal desmineraliza los huesos (como explica un estudio de la Universidad de Alberta, en Canadá).

Cuando consumes mucha sal tienes más ganas de orinar, ya que el cuerpo está haciendo todo lo posible por expulsar el líquido. Con la orina se pierde calcio, vital para fortalecer los huesos (incluyendo los dientes).

Enfermedades gástricas

Comer cosas muy saladas aumenta la posibilidad de sufrir trastornos estomacales y digestivos. Por ejemplo, hay más riesgo de padecer una enfermedad producida por la bacteria Helicobacter pylori. Además, puede provocar úlceras en el estómago, indigestión e incluso cáncer. La razón es simple: el sodio va rompiendo el recubrimiento mucoso de las paredes de este órgano.

Asma

Existe una gran relación entre las personas que les gusta comer mucha sal con la aparición de asma. Una investigación del Hospital de Leicester (Reino Unido) indica que la mortalidad en asmáticos es superior si llevan una dieta rica en sodio. Asimismo, los niños y hombres son más proclives a padecer este problema.

Problemas cognitivos

Si bien esta consecuencia del exceso de sal no está completamente confirmada, se cree que existe una relación entre una alimentación con mucho sodio y problemas cerebrales. Por ejemplo: déficit de atención, dificultad para retener información o problemas para resolver y entender problemas simples.

Quizás pueda deberse a una falta de agua en el cerebro, o a que la sangre que llega a las neuronas está repleta de sodio y no permite hacer sinapsis como corresponde.

En su justa medida, la sal no es peligrosa

En efecto, la sal es un mineral esencial para el organismo y su funcionamiento. Por esta razón, es necesario consumirlo. El problema radica en el exceso de sal, que puede ocasionar muchas complicaciones y enfermedades, como bien señalan varios estudios.

Para que te hagas una idea: el consumo recomendado por día es de 6 gramos de sal (3 gramos de sodio). Sin embargo, entre todas las comidas, se llega a ingerir hasta el doble de la cantidad diaria recomendada.

Al principio, te será un poco difícil reducir la cantidad. Sin embargo, si progresivamente la vas limitando, comenzarás a disfrutar del verdadero sabor de los alimentos. Además, descubrirás que los sabores ya no estarán “enmascarados” con este aditivo. Para ayudarte a lo largo del proceso, prueba utilizar especias y condimentos naturales, pues son buenos sustitutos.

Para condimentar tus platos te recomendamos que uses hierbas aromáticas, como el romero, el perejil y el orégano. También puedes usar limón, vinagre o aceite de oliva. Por otro lado, evita los aliños como mayonesa o salsa de soja, ya que tienen mucha sal.

Ten cuidado con las comidas ultraprocesadas y los menús que consumes en la calle. Suelen llevar demasiada sal, aunque se trate de alimentos dulces o que indiquen ser bajos en sodio. Por ejemplo, los congelados y empanados aprovechan este mineral para mantenerse en buenas condiciones por más tiempo.

Otro consejo más que útil que comparten incluso los expertos de la Organización Mundial de la Salud: no lleves el salero a la mesa cuando te sientes a comer. Esto te ayudará a “no caer en la tentación” de agregarle más sal a la comida.

Verás que poco a poco te vas acostumbrando a los sabores de cada ingrediente. Con el tiempo, ya no necesitarás tantos aliños o condimentos.

Con información de Mejor con Salud

Roelsi Gudiño
Roelsi Gudiño
Periodista, Productora Audiovisual, Fotográfa, Marketing Digital, Creador Digital

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