Prensa CCIEB.- En el sector Cruz Verde, ubicado en una de las zonas más transitadas de la ciudad, los comerciantes y vecinos enfrentan una problemática que se ha vuelto insostenible: un constante bote de aguas negras en la avenida principal. Este hecho ha convertido la calle en un auténtico riachuelo de aguas verdes y limosas, afectando gravemente la calidad de vida de quienes habitan y trabajan en el área.
Ramón Castro, vecino del sector, expresó su preocupación a la Cámara de Comercio, indicando que el desbordamiento de aguas negras no solo genera una pestilencia insoportable, sino que también pone en riesgo la salud de los residentes, especialmente ahora que se aproxima el inicio del año escolar. “La calle principal del sector Cruz Verde se ha convertido en un riachuelo de aguas verdes y limosas, desde una reconocida estética hasta la Avenida Táchira, dejando a todos los vecinos expuestos a una pestilencia permanente. Ahora que comienzan las clases, muchos niños y jóvenes del centro educativo ubicado en esta calle estarán expuestos a esta situación”, afirmó Castro.
El problema se origina en una tubería a mitad de la avenida principal que, durante las últimas tres semanas, ha estado vertiendo aguas negras y agua de lluvia provenientes de Servicios Generales de la Gobernación del estado Bolívar. Esta acumulación de aguas residuales ha provocado la formación de grandes charcos que inundan las aceras, complicando el tránsito peatonal y poniendo en riesgo la salud pública.
La situación no solo afecta a los residentes, sino también a los comerciantes de la zona. En esta avenida principal operan varios establecimientos de comida y otros locales comerciales que se han visto gravemente perjudicados. El constante flujo de aguas contaminadas disuade a los clientes de visitar estos comercios, impactando negativamente las ventas y la economía local. Además, la presencia de aguas putrefactas en la entrada de los negocios genera una mala imagen, lo que ahuyenta a posibles compradores y deteriora la reputación de los comercios.
Ante la gravedad del problema, Julio Díaz, presidente de la Cámara de Comercio, hizo un llamado urgente a las autoridades locales y de la Gobernación para que tomen cartas en el asunto lo antes posible. Díaz subrayó la necesidad de una solución estructural que no solo aborde el problema del bote de aguas negras, sino que también prevenga futuros desbordamientos y garantice un entorno seguro y saludable para todos los habitantes del sector Cruz Verde.
“Esperamos que las autoridades intervengan lo más pronto posible para dar una solución estructural al problema. No podemos permitir que esta situación continúe afectando a la comunidad y a los comerciantes. Es fundamental que se tomen medidas inmediatas para evitar una crisis sanitaria en la zona”, declaró Díaz.
El riesgo para la salud pública es un tema que no puede pasarse por alto. Las aguas negras son un caldo de cultivo para bacterias y otros agentes patógenos que pueden causar enfermedades graves. La exposición continua a estas aguas pone en peligro a los residentes, especialmente a los más vulnerables, como niños y ancianos. Además, la proximidad de un centro educativo agrava aún más la situación, ya que cientos de estudiantes se verán obligados a transitar diariamente por una avenida convertida en un foco de infección.
El bote de aguas negras en el sector Cruz Verde no es solo un problema de malos olores y molestias para los residentes; es una crisis que afecta la salud, la economía y el bienestar de toda la comunidad. Los comerciantes, vecinos y la Cámara de Comercio esperan que las autoridades actúen con celeridad para resolver esta situación de manera definitiva, protegiendo así la salud de los habitantes y la sostenibilidad de los negocios locales.
