Con el inicio del nuevo año escolar, a la vuelta de la esquina aumenta la presión en aquellos padres que hasta ahora no han podido comprar los uniformes para sus hijos, en su mayoría, por razones económicas.
El factor común entre los padres bolivarenses que en los últimos días se han dirigido al centro de la ciudad en la búsqueda de los mejores precios y la mejor calidad en uniformes escolares, es la compra fraccionada, es decir, “comprar lo prioritario para el arranque de clases y luego ir, poco a poco, comprando lo que falte”.
Aunque las ofertas en diversas tiendas están a la orden del día, muchos padres andan con calculadora en mano para buscar economía y rendir cada bolívar.
“Se trata de la compra del uniforme, pero, también hay que comprar los útiles escolares, hay que presupuestar el transporte, pagar la inscripción y otro detalle importante es que, en mi caso, no se trata de un solo estudiante sino de dos, es decir, todo el presupuesto es doble”, dijo Francis Delgado, al ser consultada.
Entre los precios que se pueden hallar en algunas tiendas del paseo Orinoco destacan: Camisa azul desde los 7$, pantalón azul desde los 7$, un mono para educación física entre los 5$ y 9 dólares, las camisas blancas van desde los 6$ en adelante, chemise 5$, franelilla 3.50$, falda 10$, morrales desde 16$, medias tres pares por 4$, camisa marrón desde los 7.50 dólares, franela blanca desde los 4$ y los zapatos escolares se pueden hallar desde 10$ hasta los 25$. Los precios varían de acuerdo a las tallas, la calidad y marca de la pieza.
“Hay buenos precios, pero el tema está cuando sumas. Imagínate, en mi caso debo gastar por lo mínimo 50 dólares en uniforme tan solo para uno de mis hijos, como te dije tengo dos en edad escolar. La única alternativa es comprar lo estrictamente necesario y en cada quincena ir comprando que si una camisa más, el pantaloncito y así hasta completar.
También me falta adquirir algunos cuadernos. Cada año es más difícil sostener los gastos básicos de educación para los hijos. Uno hace el sacrificio, pero, es muy duro porque además hay que pensar en la alimentación, el pasaje diario y todo es gastos”, agregó la entrevistada.
A medida que se aproxima el inicio de clases para el período 2024-2025, los padres de la ciudad se enfrentan al desafío que representa poder cumplir a sus hijos para que puedan estudiar, aunque al considerar otros gastos diarios e ineludibles, la presión económica aumente y el reto sea aún mayor. “Solo queda no perder la fe y pensar que Dios proveerá”.
Gledis Bonilla