La probabilidad de que se desarrolle un evento de La Niña en las próximas semanas es del 60%, de acuerdo con el Centro de Predicción Climática de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
La climatóloga de la NOAA, Michelle L´Heurex, detalló que recientemente el planeta experimentó un evento “triple” de La Niña, esto entre 2020 y 2023 donde «tuvimos tres inviernos consecutivos con condiciones de La Niña, lo cual fue inusual porque el único otro caso en que esto había ocurrido fue de 1973 a 1976», y precisó que los eventos de este fenómeno suelen ser más prolongados que los de El Niño.
Por su parte, el climatólogo del Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA, Ben Cook, explicó que la frecuencia de los eventos de La Niña puede ser estresante para regiones que recientemente han enfrentado sequías, por ejemplo el este de África.
«Si tenemos otro evento de La Niña, esto significa cierta continuación de estas condiciones realmente malas», ponderó Cook.
Dicho fenómeno produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales de las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial y sus efectos pueden variar de acuerdo a su intensidad y su duración, así como de la época del año en la que se desarrolle y su interacción con otros modos de variabilidad climática. Específicamente en los trópicos, La Niña suele provocar en el clima efectos opuestos a su contraparte, El Niño.
Según la NOAA, aunque no hay garantías de que se desarrolle el evento, sí hay algunas tendencias generales. Además, el organismo precisó que La Niña podría extenderse hasta marzo.
Los expertos también dijeron que partes del norte de Sudamérica podrían recibir más lluvias de lo habitual, mientras que las regiones del sur de Estados Unidos y algunas zonas de México podrían experimentar más sequedad. Al mismo tiempo, el extremo norte de Estados Unidos y el sur de Canadá podrían ser más húmedos de lo habitual.