El mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, de 79 años, recibió el alta después de seis días de internación por una operación de urgencia para eliminar un hematoma en el cerebro. Pese a la seriedad del procedimiento, el mandatario garantizó su estado de «perfecto bienestar» y afirmó que tiene la intención de reiniciar su agenda el próximo jueves.
«Me voy a cuidar, me voy a cuidar. Tengo mucha responsabilidad, tengo mucha disciplina, me voy a cuidar. Tengo a Janja [su esposa, Rosangela da Silva] que es una fiscal (…) ella es la que va, ya sabe, a obligarme a seguir la línea, a cuidarme. Y eso, descansar», comentó en una entrevista en el programa Fantástico de O Globo.
El presidente también expresó que debe aguardar hasta que sanen los «agujeros» provocados por las intervenciones quirúrgicas en su cráneo, aunque sus médicos han indicado que «no existirán complicaciones» durante el proceso de rehabilitación. Esta semana, Lula está programado para una tomografía que determinará si puede o no retomar sus responsabilidades.
Luego de los exámenes pertinentes, Lula fue urgentemente trasladado a Sao Paulo para ser operado. Janja, quien también intervino en una sección de la entrevista, contó su experiencia en esos instantes.
Retos económicos
Cuando vuelva, Lula encontrará retos, sobre todo en la agenda económica gubernamental. «No podemos tolerar que los intereses continúen en este nivel desmedido», indicó el presidente.
La semana anterior, el Banco Central de Brasil (BCB) elevó su tasa de interés de referencia al 12,25%, superando las proyecciones anteriores de las entidades financieras, en medio de preocupaciones por una potencial aceleración del ritmo de inflación.
En este contexto, Lula defendió las medidas propuestas para controlar el gasto público, criticadas por el mercado financiero y por algunos parlamentarios. El presidente aseguró que su gobierno está enfocado en priorizar las necesidades de la población sin comprometer la estabilidad económica. «El pueblo no debe pagar por los errores de un sistema que puede mejorar», subrayó.
«Entregué este país en una situación privilegiada antes, y eso es lo que quiero hacer otra vez», puntualizó.
Aunque deberá seguir las recomendaciones médicas, Lula no tiene intención de reducir su ritmo de trabajo y planea participar en reuniones ministeriales. «Quiero estar presente en las cosas importantes. Mi compromiso con Brasil sigue intacto», afirmó.
Con información de agencias.-