El consumo descontrolado de comida está relacionado al virus intestinal ‘microviridae’, según determinó un estudio conjunto entre el Institut d’Investigació Biomèdica de Girona (IDIBGI) y la Universitat Pompeu Fabra (UPF) recién publicado en la revista ‘Nature Metabolism’, descubrimiento que abre la puerta a futuros tratamientos personalizados para tratar la adicción a la comida.
La investigación revela que este virus provoca alteraciones en dos neurotransmisores, que son los encargados de regular la sensación de saciedad. Sobre este punto, el experto del IDIBGI, Jordi Mayneris-Perxachs, explica que se investigó cómo afecta la microbiota intestinal a la cognición.
El 90 % de los estudios se centran en las bacterias de la microbiota, pero en ella también hay virus y hongos, detalla a este diario quien lideró el estudio. «Los virus, que son las unidades más abundantes en todo el planeta, se han estudiado muy poco en términos de salud humana. Y nosotros queríamos ver cómo se asociaban a la adicción al comer», añade.
Para el también coautor José Manuel Fernández-Real, jefe del grupo de Nutrición, Eumetabolismo y Salud del IDIBGI y jefe de Endocrinología del Hospital Doctor Trueta (Girona), sostiene que «la microbiota intestinal podría convertirse en una vía innovadora para tratar la obesidad y la adicción a la comida, a través de suplementos alimenticios».
La adicción a la comida es un trastorno en el que las personas pierden el control sobre lo que comen, y está directamente vinculado a problemas como la obesidad. Se trata de una adicción que desencadena mecanismos del cerebro similares a los que se producen con otras adicciones.
Este estudio vincula directamente la presencia de este tipo de virus intestinal con el metabolismo de la serotonina y la dopamina.
En concreto, los investigadores detectaron que la presencia de ‘microviridae’ se relaciona con un mayor nivel de triptófano y de tirosina en sangre, sustancias que el cuerpo utiliza para producir la serotonina y la dopamina, que neurotransmisores esenciales en la regulación del humor y el placer.
Además, la serotonina y la dopamina están involucrados en mecanismos del cerebro que actúan en la adicción, como el sistema de recompensa y la regulación de la saciedad y el bienestar.
Con información Agencias