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martes, marzo 18, 2025

Bolívar apuesta a las semillas sin transgénicos

Saliendo de Puerto Ordaz, con destino al oeste de la entidad y a más de seis horas de recorrido, llegamos a la población de La Paragua, en el municipio Bolivariano Angostura. Un pueblo que, como todo el estado, tiene riquezas minerales, pero también una riqueza agrícola que se pierde de vista.

La Paragua –conocida en el mercado agroproductivo nacional por sus grandes hectáreas de plátanos, maíz blanco y amarillo, 200.000 para ser exactos– lleva también entre sus calles un pueblo campesino, que ha arrimado a cada hogar venezolano parte de la producción de estos rubros, bien sea a través de una tajada, tostón, arepa, una cachapa y hasta el propio jojoto o mazorca para las sopas, según sea conocido en cada región.

¿Qué hace tan diferente el proceso del cultivo en este territorio?: los hombres y mujeres del campo, entendiendo la dinámica agraria mundial, donde todos los procesos son rápidos, decidieron colocar como prioridad la salud de sus familias y consumir con semillas sin químicos por encima de la entrega en menos tiempos de la producción con transgénicos.
Y es aquí donde llega la inventiva local, con la propuesta de generar una semilla sin transgénicos o aditivos, que permita cuidar y mantener el pH de los suelos en una primera etapa, para así ser reutilizables sin dañar la capa vegetal, y luego cosechar una producción totalmente sana.

Todo un movimiento de campesinos y campesinas de La Paragua, a través de asambleas populares, ha mostrado las bondades a sus pares de otros territorios, la importancia de usar semillas sin transgénicos y que esta acción no solo se haga, sino que se mantenga.
Ahora bien, antes de adentrarnos en esta interesante propuesta, es necesario entender que esta lucha campesina no es un simple capricho, así que veamos qué contienen las semillas transgénicas.

Las transgénicas

Son semillas modificadas en laboratorios, alterando de manera considerable todo su proceso de crecimiento; por tal razón ya pierde la esencia natural y todo lo que pueda derivarse de ellas también queda expuesto por las alteraciones sufridas.

Estas semillas solo buscan incrementar cada proceso para tener como único fin el crecimiento del rubro en menor tiempo, pero con fuertes consecuencias, dañando en su totalidad el suelo y haciendo que cada trabajador del campo tenga que restituir con diferentes maniobras la normalidad del suelo, haciendo que esto sea un ciclo en cada siembra y cosecha.

Todo un ecosistema en el terreno queda expuesto y vulnerable tras el uso de estas semillas, de ahí la necesidad de este colectivo campesino en parar este proceso y reformular todo un ciclo productivo con los protocolos adecuados.

No al transgénico. Lo que surgió como una idea en un poblado campesino muy lejano de las principales ciudades del estado, ya recorrió otros municipios, de ahí la fuerza de todo el campesinado que actualmente se encuentra exponiendo ante comisiones de la Asamblea Nacional el hecho de prohibir el uso de estas semillas en sus territorios.

El uso o legalización de las semillas de variedad es la propuesta que presenta este colectivo, que como principal eje de acción busca proteger toda la fauna del suelo y rescatar el verdadero nutriente que en él se encuentra.

La semilla de variedad

La importancia de las semillas de variedad es que son semillas de plantas cultivadas de generación en generación; estas en particular recogen los nutrientes del suelo a su máxima expresión, sin vulnerar la capa vegetal, mucho menos el suelo, logrando que no exista un ciclo de recuperación en los suelos tras cada cosecha.

No importa el rubro, la condición de cada semilla se basa en su crecimiento libre de espacios químicos y de ingeniería genética que altera todo el sistema de crecimiento.

Desde la gobernación han implementado un acompañamiento no solo político, sino técnico, por medio de especialistas que han mostrado la veracidad y factibilidad de este proyecto, que también se está aplicando en otros territorios gracias al compartir popular de los hombres y mujeres del campo.

La reciente visita al país de representantes del Movimiento Sin Tierra de Brasil ha permitido cruzar experiencias de luchas que han servido de puente para superar debilidades existentes en cada territorio, ya que se plantea no solo el tema productivo, sino también la legalización paulatina de cada territorio a través del instrumento agrario.

Crece la agroindustria

Mauro González, uno de los precursores de este movimiento en contra del uso de semilla transgénica, afirma que “el arrime pronto de un rubro a los mercados no debe ser lo más importante, porque debemos entender que es la tierra la que sufre y luego cada persona que consume el producto”.

González señala que, con la reciente rehabilitación del Complejo Agroindustrial de La Paragua, la cual cuenta con dos silos, existe una capacidad de 24 millones de kilos de maíz por mes y estima que dentro del proyecto sea maíz “100% libre de transgénicos”.

El secretario Agroindustrial de la gobernación, Wilfredo Jiménez, dijo que Bolívar produce más de 400.000 kilos de maíz que los suman al arrime nacional.

Destacó que desde la gobernación se suman al proyecto de legalización de la semilla de variedad.

Datos

  • 200.000 hectáreas de plátano y maíz amarillo y blanco se cultivan en el pueblo La Paragua.
  • 24 millones de kilos de maíz al mes es la capacidad del Complejo Agroindustrial de La Paragua.
  • Más de 400.000 kilos de maíz produce el estado Bolívar que suman al arrime nacional.

Con información de ÚN.

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