El virus Oropouche (OROV) es una infección febril causada por un arbovirus del género Orthobunyavirus, perteneciente a la familia Peribunyaviridae. Identificado por primera vez en 1955 en Trinidad y Tobago, el OROV ha causado casos y brotes en varios países de América del Sur, incluidos Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Panamá, Perú y Venezuela.
Los brotes han sido más frecuentes en la región de la Cuenca Amazónica, donde el vector más conocido, el jején (Culicoides paraensis), mantiene un ciclo selvático que involucra a hospedadores como perezosos y primates no humanos.
Los síntomas de la fiebre por Oropouche incluyen fiebre repentina, dolor de cabeza intenso, debilidad extrema (postración), dolores articulares y musculares. En algunos casos, pueden aparecer fotofobia, mareos, náuseas o vómitos persistentes y lumbalgia. La fiebre suele durar hasta cinco días. Aunque las complicaciones graves son poco comunes, la enfermedad puede evolucionar hacia una meningitis aséptica que se manifiesta generalmente en la segunda semana de la enfermedad, lo que prolonga la recuperación por semanas.
Se reporta que hasta un 60% de los casos presentan recaídas de los síntomas en las semanas posteriores a la recuperación.
Además, en septiembre de 2024 se han registrado hasta el momento dos muertes en personas infectadas en Bahía, Brasil. La infección durante el embarazo se ha relacionado con muerte fetal y posibles defectos congénitos. Asimismo, se encuentran en estudio casos neurológicos (Síndrome de Guillain Barre) posiblemente asociados a la infección por OROV.
Cómo se propaga este virus
El aumento en la propagación del OROV está vinculado a diversos factores ambientales y humanos. El cambio climático ha intensificado las precipitaciones y temperaturas, mientras que la deforestación y la urbanización han alterado los hábitats naturales de vectores y hospedadores, favoreciendo la interacción entre ellos y aumentando el riesgo de transmisión.
Tratamiento y vacuna
Actualmente, no existe un tratamiento específico ni una vacuna contra el virus Oropouche. El manejo de la enfermedad es de soporte y se enfoca en el alivio de los síntomas, como el reposo, la hidratación y el uso de medicamentos para la fiebre y el dolor, así como vigilar al paciente por la aparición de posibles complicaciones, como, por ejemplo: hipotensión arterial, sudoración intensa que lleva a deshidratación de forma rápida y en especial manifestaciones del sistema nervioso, tales como meningitis, meningoencefalitis y síndrome de Guillain-Barré. En caso de manifestaciones graves, los casos deben ser hospitalizados
Recomendaciones
Para controlar la propagación del OROV, se recomienda adoptar medidas de prevención y control de vectores. Esto incluye fortalecer la vigilancia entomológica, reducir las poblaciones de jejenes y educar a la población sobre medidas de protección personal.
Entre las recomendaciones específicas destacan el uso de mosquiteros de malla fina en puertas y ventanas, ropa que cubra brazos y piernas, repelentes con DEET o icaridina, y mosquiteros de malla fina sobre las camas o áreas de descanso.
Con información OPS