Nancy Washington recuerda la desilusión que sintió al enterarse de que su suministro de laboratorio de helio no llegaría.
En las primeras semanas del año 2022 el suministro de laboratorio cayó muy por debajo de los 2.500 litros que recibía habitualmente.
Para abril tan solo meses después, recibió menos de la mitad del helio que necesitaba.
Con una pequeña flota de instrumentos que requieren recargas regulares de helio líquido, el laboratorio no tuvo más remedio que sacrificar los que más gas requerían para poder seguir operando los más importantes.
El instrumento elegido con sacrificio fue us espectrómetro de resonancia magnética nuclear: una torre enorme y descomunal, capaz de observar la estructura molecular de los átomos.
El espectrómetro era único en su tipo en América del Norte, y menos de 12 meses después de su instalación ya proporcionaba resultados potencialmente revolucionarios.
La velocidad a la que el espectrómetro consumía helio lo convertía en un problema. Es un proceso que Washington describió posteriormente como «traumatizante», el instrumento fue desenergizado y colocado en inactividad, suspendiendo sus experimentos.
Permaneció inutilizable durante varios meses hasta que pudiera conseguirse más helio.
Hoy el dispositivo ha vuelto a funcionar: el laboratorio tiene el helio que se necesita, hasta los momentos.
Con información Diario Primicia