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Ciudad Bolivar
domingo, junio 15, 2025

El ponsigué y la corona de Cristo

Por: Francisco Delascio Chitty

La vida de Jesús, en su primer estadio se desarrolló bajo la crueldad de Herodes el Grande; su juventud bajo el antojadizo, codicioso y tiránico reinado de Herodes Antipa; y en Judea, con Pilato (símbolo de vileza y sumisión a los bajos intereses de la política), fue detenido, llevado al Sanedrín y entregado al procurador, quien lo condenó a muerte. Jesús fue azotado y en escarnio a la realeza que se le atribuía vestido de púrpura y Coronado de espina, fue expuesto ante una exacerbada plebe, que pidió su crucifixión. Dicha corona fue trenzada con ramas de espinas y ceñidas a su cabeza para humillarle y provocarle dolor y daño; que pertenecen, a unos arbustos llamados clásicamente “Espina de Cristo, Espina Santa o Arto Oriental”, provistos de púas afiladas, flores amarillentas y fruto comestibles; los cuales se incluyen en la familia botánica de las RHAMNACEAE, géneros Paliurus (del griego “paliourus”, espinoso), y Ziziphus, del árabe “zizouf”, y del persa “zizfum, zizafum”, cuyos epítetos específicos provienen del latín spina-cristi. Luego de esta remembranza, en Venezuela Ziziphus, está conformado por cinco especies, de ellas, Z.cyclocardia (Cana, Chica, Macu, Mara) es endémica del país; y entre las mismas, descolla el Ponsigué (Ziziphus mauritiana); especie originaria de Mauritania, noroeste de África, de ahí su nombre específico. En Venezuela prospera entre los 50-300 m de altitud bajo la forma de cultivo o silvestre. Árbol hasta de 10 m de alto con espinas encorvadas y rígidas, copa amplia, ramas jóvenes péndulas; hojas elípticas-aovadas o suborbiculares, con tres nervios basales prominentes, margen crenado-aserrado envés pubescente blanquecino, haz verde brillante; flores amarillo-verdosas con un olor típico; fruto drupáceo subgloboso, amarillo-rojizo a anaranjado, con una pulpa blanca dulce; semillas elípticas (dos) marrones. Los árboles de Ponsigué, se utilizan como cerca viva, contravientos, recuperación de suelos; sus hojas sirven como forraje; la madera rojiza es dura, resistente a las termitas o comejenes, se emplean en carpintería y ebanistería. En la medicina tradicional, la corteza del tronco en infusión se toma como antidiarreico, para gargarismos o buches (dolores de muelas, amigdalitis); la infusión de sus hojas combate el insomnio, gripe, fiebres, previene el estreñimiento y regula la tensión arterial. Sus frutos poseen vitaminas A, B y C, caroteno; minerales (hierro, fósforo, potasio, manganeso, calcio), los mismos, se consumen como frutas frescas y en dulces, con ellos se prepara el Licor o Ron de Ponsigué, bebida espirituosa del Oriente venezolano, que se obtiene macerando sus frutos con caña blanca o Cocuy (Agave cocui), clavos de olor, canela, azúcar y nuez moscada; luego se deja en reposo en un lugar oscuro o enterrado por un mes o un año. En Ciudad Bolívar, el árbol de Ponsigué crece espontáneamente en lugares baldíos y agrestes, a pesar de ser resistente a las condiciones adversa de su entorno y su beldad, no ha sido valorado en el ornato público, sino SACRIFICADO.

Francisco Delascio Chitty

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