La madrugada de este martes, la Licencia general 41B, que permitía a la compañía estadounidense Chevron operar con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), expiró, tal como había sido anticipado.
Este vencimiento plantea un escenario de incertidumbre sobre el futuro de las operaciones petroleras de la empresa en el país.
La licencia, otorgada por la administración de Joe Biden, había eximido a Chevron del cumplimiento de ciertas sanciones, permitiéndole exportar petróleo venezolano.
Su expiración genera preocupación en un contexto económico complejo, ya que la reactivación de la producción de PDVSA con la participación de Chevron había contribuido a la generación de ingresos cruciales para Venezuela.
Expectativas ante una Nueva Licencia
Ahora, la atención se centra en la decisión del Gobierno del presidente Donald Trump, quien deberá determinar el tipo de permiso que concederá a Chevron.
Las expectativas apuntan a una nueva licencia que le permita mantener una actividad mínima en Venezuela. Este escenario sería similar al que rigió entre 2019, tras la imposición de sanciones petroleras, y noviembre de 2022, cuando la administración Biden flexibilizó las restricciones.
Posibles Limitaciones y Consecuencias
Se anticipa que esta posible nueva licencia limitaría las operaciones de Chevron a actividades esenciales de mantenimiento, prohibiendo nuevas inversiones y la exportación de crudo venezolano.
La decisión final sobre el alcance de las operaciones de Chevron tendrá implicaciones significativas tanto para la industria petrolera venezolana como para las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela. La comunidad internacional permanece atenta a los próximos anuncios que definirán el papel de Chevron en el panorama energético del país.
Con información de agencias.-
