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martes, julio 15, 2025

Estudio revela que el edulcorante artificial podría aumenta el apetito

‎Un reciente estudio científico sugiere que el edulcorante artificial sucralosa, presente en numerosas bebidas dietéticas, podría estar relacionado con cambios en la actividad cerebral que, paradójicamente, incrementan el apetito; este hallazgo se suma a la creciente evidencia que cuestiona la eficacia de los sustitutos del azúcar en la gestión del peso, una preocupación que llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a emitir una advertencia.

‎El cerebro, un gran consumidor de glucosa, está diseñado para responder a azúcares naturales. Los científicos plantean la hipótesis de que los edulcorantes artificiales pueden confundir al cerebro al enviar señales de dulzura sin proporcionar las calorías esperadas, lo que podría inducir una señal para consumir más alimentos en busca de la energía prometida.

‎Esta disonancia entre la dulzura percibida y el aporte calórico podría ser clave en la alteración de la regulación del apetito.

‎La OMS, a través del Dr. Francesco Branca, director de su departamento de nutrición y seguridad alimentaria, ya había señalado que “reemplazar los azúcares libres con edulcorantes no azucarados no ayuda a las personas a controlar su peso a largo plazo”. La nueva investigación, enfocada específicamente en la sucralosa, ofrece una posible explicación neurobiológica a esta tendencia observada.

‎La Dra. Katie Page, autora principal del estudio y directora del Instituto de Investigación de Diabetes y Obesidad de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, explicó que la sucralosa “activa el área del cerebro que regula el hambre, y esa activación, a su vez, está vinculada a mayores niveles de hambre”. Este efecto se observó claramente en los participantes del estudio.

‎Por su parte, un portavoz de Heartland Food Products Group, fabricante de Splenda, defendió el uso de edulcorantes bajos en calorías, citó investigaciones y recomendaciones de expertos que los respaldan para la gestión de la diabetes y el peso.

‎Argumentan que el impacto de estos edulcorantes en el peso corporal es similar al del agua y que pueden disminuir el deseo de dulces, ayudando a reducir la ingesta de calorías y gestionar los niveles de azúcar en sangre.

‎Los resultados de esta investigación refuerzan estudios previos que ya sugerían una conexión entre los edulcorantes artificiales y el aumento de las señales de hambre en el cerebro. Un estudio anterior, también coescrito por la Dra. Page, había indicado que las mujeres y las personas con obesidad podrían ser particularmente sensibles a estos efectos.

‎Con información Agencias-.

Roelsi Gudiño
Roelsi Gudiño
Periodista, Productora Audiovisual, Fotográfa, Marketing Digital, Creador Digital
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