El 1 de julio de 1941 (hace 84 años), en EE.UU., durante la retransmisión de un partido de béisbol, la cadena WNBT (actual WNBC), un canal de Nueva York, transmitió el primer anuncio televisivo de la historia.
Con tan solo 10 segundos de duración, el anuncio fue patrocinado por la marca de relojes Bulova, que pagó en total 9 dólares por la publicidad: 5 dólares para producirlos y 4 dólares para transmitirlo.