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sábado, diciembre 6, 2025

Opinión | La lechosa: Lágrimas de oro

‎La lechosa, papaya, papayón, papao, mamao, fruta bomba, melón, zapote; o mapada (pemón), majaya (ye´kwana), mabáya (curripaco), paya (panare) y tuntunbai (bari); es un árbol originario de Centroamérica (México-Nicaragua) de allí se extendió por toda Suramérica; los portugueses y españoles (siglo XVI) la introducen al Viejo Mundo.

‎La primera referencia en Venezuela es del franciscano Antonio Caulin (Historia Corográfica, Natural y Evangélica, 1760).

‎Se distribuye en el país desde los 0-1600 m de altitud; los estados de mayor producción son: Zulia, Yaracuy, Carabobo, Monagas, Aragua, Trujillo y Falcón.

‎Su nombre es Carica papaya; el primer epíteto deriva del latín (karike) higo, cuyas hojas se asemejan a la de la lechosa, papaya proviene de voces indígenas “abaya”, caribe o “páapay-ya”, maya.

‎Especie lactífera, hasta de 8 m de alto, hojas palmadas; sus flores pueden ser femeninas blanco-amarillentas, solitarias y en las axilas de las hojas, las masculinas, en largos racimos (20 flores tubulares), y las hermafroditas poseen los dos sexos, forman racimos cortos, en número de 5-6; fruta baya (20 kg), ovoide-cilíndrica, semillas negras (500-800), germinan entre 10-25 días; comienzan a fructificar entre 8-12 meses.

‎La polinización es por el viento e insectos (abejas: Apis, Trigona y Xylocopa). Los tipos de lechosas en el país son: Cubana (fruto globoso-oblongo, pulpa anaranjada intensa), Paraguanera (fruto alargado-cilíndrico, pulpa anaranjada), Cartagena (fruto alargado-cilíndrico, anaranjado, pálido) y Roja (fruto globoso, pulpa roja). Entre sus componentes están la papaína, una enzima proteolítica, el licopeno (carotenoide antioxidante), vitaminas (C, A, B1, B2, ácido fólico), minerales (azufre, calcio, fósforo, hierro, magnesio, sodio, potasio, silicio).

La papaína puede descomponer las proteínas, y se emplea para ablandar las carnes, envolviendo estas últimas en sus hojas; también ella contribuye a mejorar la digestión, cicatrización, combatir el estreñimiento, inflamaciones, dolores musculares, favorecer el sistema nervioso y cardiovascular. Estos beneficios pueden obtenerse mediante el consumo fresco de la fruta madura, jugo, batido.

‎Las semillas secas  y pulverizadas se emplean como condimento o sustituto de la pimienta negra, la infusión de ellas es vermífuga. Su látex, además de papaína, posee caricorina, quimopapaína, fenoles y otros, que por contacto directo pueden ocasionar irritaciones dérmicas, oculares y anafilaxia según la sensibilidad de la persona. René de Grosourdy (1807-1867), en su obra Él Médico Botánico Criollo, publicado en 1864, narra que un cochino tenía mucho tiempo tosiendo, estaba flaco, con el pelo erizado, entonces se le ocurrió a su dueña alimentarlo con lechosa verde y jojoto cocido en agua.

‎Al cabo de unos meses se recuperó, no tosía y estaba muy robusto; llegó la hora de beneficiarlo, y repararon que solo tenía un pulmón, con cicatrices sólidas, el otro pulmón o “bofe” había casi desaparecido. Suponiendo entonces que el cerdo había sufrido tuberculosis y la alimentación con la lechosa actuó como antioxidante, fortaleciendo el sistema inmunitario y la epitelización.

‎Existe una leyenda “maya”, que cuenta de una indígena y un español, con anuencia del jefe del clan y padre de la fémina, se casan más un nativo envidioso asesina a la pareja y, en el lugar donde aconteció el crimen surgió un árbol de “pappay-ya”, de frutos amarillo-dorados cuál lágrima, simbolizando el amor eterno de los esposos.

‎Algunas connotaciones referentes a la lechosa tenemos: papaya, papayita, (algo fácil, suave), dar papaya (ofrecer oportunidad para que alguien saque provecho de algo); papaya puesta, papaya partida (ocasión que no se debe desaprovechar); más pesado que una papaya en un llavero (algo difícil de manejar).

‎Por: Francisco Delascio Chitty

Roelsi Gudiño
Roelsi Gudiño
Periodista, Productora Audiovisual, Fotográfa, Marketing Digital, Creador Digital
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