Irán ha declarado este sábado que su cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) continuará, aunque adoptará una «nueva forma» tras la aprobación de una ley nacional que suspende algunos lazos con la agencia nuclear de la ONU. La medida busca adaptar la colaboración a las preocupaciones de seguridad del país, según explicó el ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí.
Araqchí detalló que la colaboración con el OIEA ahora será gestionada a través del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán. Este organismo revisará cada solicitud de cooperación y vigilancia, priorizando en todo momento las cuestiones de seguridad nacional.
El ministro también lanzó serias acusaciones contra el OIEA, señalando que algunos de sus informes han «preparado el terreno» para posibles ataques militares por parte de Israel y Estados Unidos. Araqchí argumentó que ciertos informes del organismo sirvieron como base para resoluciones políticas que, en su opinión, facilitaron ataques contra instalaciones nucleares iraníes como las de Fordó, Natanz e Isfahán.
Además, mencionó el asesinato de al menos 11 científicos nucleares iraníes durante ese período, atribuyéndolo a acciones israelíes.
Araqchí expresó su preocupación por la posible propagación de materiales radiactivos y la explosión de municiones remanentes de conflictos pasados, subrayando que el acceso de los inspectores del OIEA a ciertos centros es una cuestión de seguridad que debe ser evaluada con sumo cuidado. No obstante, reafirmó enfáticamente que el programa nuclear de Irán es de naturaleza pacífica, un hecho que, según él, han trabajado para demostrar al mundo durante dos décadas.
Finalmente, el ministro reiteró que Irán considera las armas nucleares como inhumanas e ilegales, en línea con las enseñanzas del islam. Asimismo, aseguró que Irán seguirá siendo un miembro comprometido del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
Con información de agencias



