Una nueva réplica de magnitud 6.8 sacudió el océano Pacífico frente a las costas de la península de Kamchatka, en Rusia. Este evento se produce días después de un megaterremoto de magnitud 8.8 que generó alertas de tsunami en la región y en todo el Pacífico.
El sismo, con epicentro a 277 kilómetros de la capital regional, Petropávlovsk-Kamchatski, y a una profundidad de 26 kilómetros, activó inicialmente una alerta de tsunami por parte de la Dirección General local del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia. Según las estimaciones iniciales, la réplica podría haber generado una ola de hasta 19 centímetros de altura.
Ante esta situación, las autoridades rusas emitieron una recomendación a los residentes de la zona para que se alejaran de la costa. A las embarcaciones en aguas costeras se les aconsejó adentrarse en el océano más allá de la isobata de 50 metros para evitar cualquier riesgo.
Países alrededor del Pacífico reaccionaron rápidamente a la alerta. Por ejemplo, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres de Chile (Senapred) informó que las características del nuevo sismo no reunían las condiciones necesarias para generar un tsunami en sus costas.
Pocas horas después, las autoridades rusas confirmaron que la amenaza de tsunami no se había materializado, por lo que la alerta fue levantada.
Este evento es una réplica del potente terremoto de magnitud 8.8 que ocurrió el pasado miércoles en la misma zona, considerado el sismo más fuerte en la región desde 1952. Aquel megaterremoto sí provocó tsunamis que afectó a varios estados de Estados Unidos, Japón, las islas Kuriles y múltiples países de América Latina.
Con información de agencias
