Por: Francisco Delascio Chitty
Desde tiempos muy pretéritos diversos grupos humanos de la América tropical y por ende de Venezuela, han buscado p. ej., el buen vivir, convivir con la naturaleza, estar en contacto con la tierra, de donde proviene todo, intentando una vida comunitaria donde el respeto y la solidaridad sean constitutivos, reconociendo el cuido y sostenibilidad del ambiente para lograr el bienestar, respetando la ancestralidad, simbolismo y cultura de cada comunidad. Así, la utilización de elementos del entorno natural y técnicas para la construcción, han estado presentes con sus adaptaciones y estilos arquitectónicos.
Uno de esos recursos, es la “CAÑA BRAVA”, Caña amarga, Lata, Juajuilla; llamada también Kuyat, (Banivas), Chiikää (Bari o Motilones), Kaicharakun o Wadapi yek (Pemones), Chitonto (Pumé) y Pákuri (Yawarana). Taxonómicamente es: Gynerium sagittatum; el primer epíteto proviene del griego “gune”, hembra, y “erion”, lana, en referencia a las espiguillas pilosas de sus flores pistiladas o femeninas; y sagittatum, del latín “sagitta”, flecha en alusión a la forma de sus hojas.
Es una gramínea originaria de Centro y Suramérica, en Venezuela, ampliamente distribuida entre los 0-1500 metros de altura. Ella, prospera en riberas aluviales de ríos, quebradas, cerca de lagunas, sitios pantanosos y a orillas de caminos con suelos poco fértiles. Grupos densos o rodales de esta especie forman los “Cañabravales”. Dicha caña, presenta un culmo o tallo erecto, cilíndrico, nudoso, hueco, hasta de 12 m de altura y 8 cm de diámetro. Hoja lanceolada (2 m de long), sésil, decurrente, uninervada, áspera, dentada, las superiores dispuestas en abanicos. Inflorescencia panícula terminal con un pedúnculo hasta de 9 m de altura; flores dioicas, ocre-cremoso. Fruto cariópsis oblongo, piloso, de 1-8 milímetro de long.
Aunque se propaga sexualmente por semillas, la forma más efectiva y común es la asexual, por sus rizomas, introduciéndolos en un sustrato adecuado. Es una especie pionera en sucesiones primarias inundables; se utiliza en la protección y mantenimiento de suelos susceptibles a la erosión eólica e hídrica (taludes, cárcavas, etc.).
Sus tallos siguen utilizándose en la construcción de techos, cielos rasos, cercas; para “enlatar” (armazón de sus tallos entrelazados para rellenar con bahareque y levantar paredes. Con el eje principal o verada de su inflorescencia se preparan las astas o varillas para flechas, arpones, dardos y jaulas.
Las hojas, luego de un proceso de liofilización, se emplean como elementos decorativos; la nervadura de ellas se utiliza como fibra para múltiples artesanías tales como pulseras, collares, sombreros, etc. En la medicina empírica el cocimiento de sus raíces actúa como diurético, la infusión de hojas y tallos se toma para combatir la anemia y la gonococia (gonorrea). De los culmos se extrae una resina para pegar.
Las inflorescencias son empleadas para arreglos florales y toda la planta se aprovecha en jardinería y paisajismo. Seguidamente, culminaré con estos adagios: La Caña brava, aunque la tumben, vuelve a levantarse (recuperarse de algo) y Caña brava, que no dobla, se quiebra (la resistencia excesiva lleva a la ruptura.
