El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha respondido a los recientes aranceles impuestos por Estados Unidos, asegurando que su gobierno no entrará en una guerra comercial, sino que se enfocará en la diversificación de mercados y en el apoyo a los exportadores nacionales.
Los aranceles del 50% impuestos por la Casa Blanca a productos brasileños habían encendido las alarmas en sectores productivos del país. Sin embargo, Lula da Silva fue enfático en su postura: «Si Estados Unidos no nos quiere comprar, les vendemos a otros».
En este sentido, anunció que ya ha sostenido conversaciones con líderes de la India, China y Sudáfrica, y que planea dialogar con Francia y Alemania, así como con otros países, para abrir nuevas rutas comerciales.
El presidente brasileño también rechazó la justificación de Washington, que supuestamente se basa en la preocupación por los derechos humanos en el juicio contra el exmandatario Jair Bolsonaro. Lula calificó este argumento como un pretexto, afirmando que «el problema de Estados Unidos no es comercial, es político». Según él, el objetivo de EE. UU. es «destruir esa cosa llamada multilateralismo» que, a su juicio, ha sido clave para un comercio global más equilibrado y relaciones más armónicas en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Además de la estrategia de diversificación, el mandatario brasileño anunció un paquete de ayuda para los exportadores que se han visto afectados por las nuevas medidas arancelarias de Estados Unidos. La medida busca mitigar el impacto inmediato y asegurar la estabilidad de las empresas brasileñas en este nuevo panorama comercial.
Con información de agencias
