El Ejército Nacional de Colombia denunció el “secuestro” de 45 de sus miembros en el cañón del Micay, una zona del departamento del Cauca con fuerte presencia de disidencias de las extintas FARC. Los hechos ocurrieron durante una serie de disturbios donde las tropas fueron rodeadas por aproximadamente 600 personas, lo que impidió su despliegue.
Los militares se encontraban realizando operativos en la zona, conocida por sus extensos cultivos de hoja de coca. El objetivo de estas acciones, según el Ejército, es recuperar el control del área e implementar programas de sustitución de cultivos ilícitos.
Según el comunicado oficial del Ejército, la retención habría sido orquestada para “favorecer el control de rutas utilizadas para el narcotráfico y la minería ilegal”. La población, presuntamente, estaba bajo el control de una facción de las disidencias de las FARC, liderada por alias “Iván Mordisco”, uno de los criminales más buscados del país. Esta facción no se acogió al acuerdo de paz firmado en 2016.
El presidente Gustavo Petro se pronunció en la red social X, pidiendo la liberación inmediata de los soldados. “Es la oportunidad. Dejen los soldados libres, pueden ser sus hijos. Los hijos de Colombia deben abrazarse y sobrevivir a sus padres. La comisión de diálogo está lista y es palabra del presidente”, escribió Petro, reiterando el compromiso de su gobierno con la sustitución de cultivos ilícitos.
Este es el segundo incidente de retención de militares en menos de un mes. El mes pasado, 33 militares fueron retenidos en Guaviare y liberados posteriormente gracias a la intermediación de organismos humanitarios.
Con información de agencias



