Una práctica de higiene tan común como la limpieza de los oídos con hisopos puede ser una seria amenaza para la salud auditiva. Aunque millones de personas recurren diariamente a estos instrumentos para eliminar la cera, los expertos advierten que esta acción no solo es ineficaz, sino que puede generar una cadena de problemas que comprometen el oído interno.
La creencia popular de que los hisopos eliminan la cera es un mito. En lugar de sacarla, estos instrumentos tienden a empujarla más adentro del canal auditivo, compactándola contra el tímpano.
Esta acción aumenta significativamente el riesgo de:
Tapones de cera (cerumen impactado): La principal causa de pérdida de audición temporal.
Infecciones e irritaciones: Al dañar la piel delicada del canal auditivo.
Daños al tímpano: En casos graves, la introducción profunda del hisopo puede perforar la membrana.
La función protectora de la cera de oído
Es fundamental entender que la cera de oído (o cerumen) no es suciedad, sino un mecanismo de defensa natural del cuerpo. Su función es crucial: »La cera cumple una función protectora natural al evitar que bacterias y otros elementos ajenos lleguen al oído interno. Esta cera no debe eliminarse completamente, sino solo limpiarse de la parte externa del oído, donde no causa problemas,» explican los especialistas.
Recomendación profesional: ¿Cómo limpiar los oídos de forma segura?
Los otorrinolaringólogos insisten en que el oído tiene un sistema de autolimpieza. Por ello, la limpieza debe limitarse a la parte externa de la oreja.
En caso de tener síntomas como exceso de cera, sensación de oído tapado, pérdida de audición o molestias, la única acción recomendada es:
Acudir a un médico otorrinolaringólogo. Ellos son los profesionales adecuados para una evaluación y una limpieza profesional, la cual asegurará que la salud auditiva no se vea comprometida y que no haya riesgos de daño a largo plazo.
Con información de agencias



