Entre 121 y 142 millones de trabajadores en el mundo, lo que representa entre el 5% y el 5,8% del empleo total, se encuentran activos en sectores clave que impulsan la economía circular, según revela un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La economía circular, que incluye actividades como la reparación, el reciclaje, el comercio de segunda mano y la gestión de residuos, se perfila como un motor económico sostenible y una fuente significativa de empleo. El informe destaca que el continente americano lidera la proporción regional, con un 6,44% de su fuerza laboral dedicada a estas actividades.
La informalidad, el gran desafío
A pesar de su potencial, el estudio de la OIT lanza una seria advertencia sobre la precariedad laboral en el sector: más de la mitad de estos empleos, unos 74 millones, pertenecen a la economía informal. Esta situación, particularmente prevalente en las naciones en desarrollo, implica una falta de regulación, desprotección estatal y vulnerabilidad en los derechos laborales.
La experta en género e inclusión económica del Banco Mundial, Namita Datta, subrayó la importancia de este sector: «Los empleos en la economía circular son altamente intensivos en mano de obra y representan una verdadera oportunidad para crear empleo local, particularmente en los países en desarrollo donde estas prácticas ya forman parte de la vida cotidiana».
Recomendaciones de la OIT
Ante el panorama de informalidad, la OIT propone una serie de medidas urgentes para consolidar y mejorar la calidad de estos empleos:
Promoción e Inversión: Impulsar la economía circular a través de la contratación pública y la inversión estratégica en sectores con alto potencial de desarrollo, como la industria y la construcción, donde la economía circular aún no está plenamente integrada.
Protección Social y Laboral: Extender la protección social y garantizar la defensa de los derechos laborales fundamentales para todos los trabajadores del sector.
Seguridad y Salud: Mejorar significativamente el cumplimiento de las normas de seguridad y salud en el trabajo.
La OIT concluye que la transición hacia un modelo circular es inseparable de la necesidad de asegurar una transición justa, que formalice el empleo y garantice la dignidad y los derechos de los millones de personas que ya contribuyen a esta economía sostenible.
Con información de agencias



