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lunes, diciembre 22, 2025

EE. UU. asegura que petrolero incautado pertenecía a una “flota para traficar con crudo robado”

La industria petrolera de Venezuela enfrenta un nuevo ciclo de tensión marcado por la paralización de operaciones portuarias, el asedio de sanciones internacionales y la reciente confiscación del buque ‘Skipper’ por parte de las autoridades estadounidenses.

Parálisis en los puertos y temor laboral
​Según informes obtenidos por The New York Times, la operatividad en los terminales marítimos se ha visto severamente afectada. Una flota de buques permanece a la espera de atraque mientras la fuerza laboral reporta ausencias masivas.

De acuerdo con funcionarios consultados, el personal portuario teme nuevas adjudicaciones y medidas administrativas que compliquen su situación laboral, lo que ha generado un cuello de botella en la salida del crudo.

​El desafío de la «Flota Fantasma»
​Para el Estado venezolano, el petróleo representa más del 90% de los ingresos en divisas. Sin embargo, la presión de las sanciones ha obligado al país a depender de una logística clandestina y a ofrecer su producto con amplios descuentos a mercados como China.

​Datos de TankerTrackers.com revelan la magnitud del desafío:
​80 embarcaciones aproximadamente se encuentran en aguas venezolanas o zonas adyacentes.

​Más de 30 de estos buques están bajo sanciones explícitas del Departamento del Tesoro de EE. UU.

​La flota operativa está integrada por cerca de 1,000 buques antiguos que suelen alternar el transporte de crudo sancionado proveniente también de Rusia e Irán.

​Confiscación del ‘Skipper’: Un precedente de alto impacto
​La situación ha escalado al ámbito judicial internacional con la incautación del buque ‘Skipper’. Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, confirmó que la embarcación fue trasladada a un puerto estadounidense bajo una orden judicial.

​»La orden permitió la confiscación y el traslado del barco, donde las autoridades investigan su carga y tripulación. Se prevé que el proceso legal culmine con la toma de posesión de 1.85 millones de barriles de petróleo», detalló Leavitt.

​Este evento evoca lo sucedido en 2020 con la confiscación de cuatro buques de crudo iraní, subrayando que, aunque las incautaciones en aguas internacionales no son frecuentes, representan una herramienta activa de presión económica contra las redes de comercio no autorizado.

​Impacto Económico
​Ante la dificultad de colocar el crudo de manera regular, el gobierno se ha visto forzado a recurrir a las reservas internacionales para intentar estabilizar la economía local, en un contexto donde el flujo de caja operativo se ve amenazado por la imposibilidad de atracar y despachar de forma segura.

Con información de agencias

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