En el marco de la conmemoración del Día de los Santos Inocentes, la Fundación por la Dignidad Sagrada de la Persona (FPDSP) alzó su voz en Puerto Ordaz para denunciar graves vulneraciones en materia de derechos humanos.
A través de una protesta pacífica y un manifiesto público, la organización exigió celeridad procesal ante la reciente y trágica muerte de los jóvenes Alexander Alvarado Reyes y Ashleiker Ríos, cuyos cuerpos fueron hallados en el embalse de la Central Hidroeléctrica Macagua.
Con 15 años de trayectoria en la defensa de la justicia, la fundación instó a las autoridades del estado Bolívar a realizar una investigación técnica y exhaustiva que rompa el cerco de incertidumbre que hoy enluta a las familias guayanesas.
Ola de violencia e impunidad
La denuncia también visibilizó el asesinato del adolescente Josué Mata Jiménez, ocurrido el pasado noviembre en el sector Core 8, hecho que refleja el incremento de la criminalidad en la entidad.
La FPDSP alertó que estos casos ocurren bajo un manto de impunidad estructural; según las cifras presentadas, en Venezuela solo 3 de cada 100 homicidios son investigados, lo que se traduce en un 97% de impunidad.
En el ámbito nacional, la fundación subrayó la gravedad de la crisis política y social, citando datos de la ONU y el Foro Penal que contabilizan 914 presos políticos al cierre de 2025. El comunicado destaca que la represión estatal y las condiciones de detención inhumanas —marcadas por la falta de alimentos y medicinas— han cobrado la vida de al menos 465 personas bajo custodia del Estado en la última década.
Vulnerabilidad infantil y crisis social
La situación de la infancia ocupó un lugar central en la protesta, vinculando el colapso del sistema de salud y la desnutrición con el drama de la explotación. La FPDSP citó informes del Centro de Derechos Humanos de la UCAB que documentan casos de prostitución infantil en pueblos mineros, entre otras realidades que afectan a un alto porcentaje de la población infantil.
Solidaridad internacional y valores
En el plano internacional, la organización solidarizó el sufrimiento local con las tragedias de guerra en Gaza, Ucrania y Yemen, denunciando la violencia que sufren los niños en estos conflictos. En este contexto, ratificaron su postura en defensa de la vida «desde la concepción hasta la muerte natural», rechazando la implementación de leyes sobre el aborto, la eutanasia y lo que denominan «ideología de género», por considerarlas un atentado contra la familia y la libertad educativa.
Un llamado a la acción
Finalmente, el comunicado hizo un llamado urgente a la sociedad civil a no ser indiferentes ante la «matanza de los inocentes» modernos. La organización exigió al Estado venezolano garantizar la integridad física de los privados de libertad, detener las ejecuciones extrajudiciales y erradicar la tortura por parte de los organismos de seguridad.
«Si queremos lograr la paz, tenemos que defender siempre la verdad y la vida», concluyó la fundación en su pronunciamiento público.
Yanitza Martínez
