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jueves, septiembre 19, 2024

Si su niña en etapa escolar se masturba, debe conocer estas respuestas

La Dra. Casilda M. Casado Sastre, de la Asociación Psicoanalítica de Argentina, nos informa acerca de su linea de investigación acerca de la masturbación en la niña como expresión de su feminidad.

Su punto de partida se orienta a tranquilizar a los padres, ya que considera basada en diferentes estudios psicoanalíticos, que la masturbación genital infantil es un proceso normal en la infancia y debe ser discriminada de la que se observa en situaciones patológicas, tales como la masturbación compulsiva, actos equivalentes a la masturbación, o de las vivencias surgidas por abuso sexual a través de la masturbación.

La Dra. Casado Sastre, luego de la observación clínica de niñas latentes, prepúberes y púberes, la observación del juego de niñas pequeñas y latentes fuera del análisis, y el análisis de la sexualidad de pacientes adolescentes, le han llevado a plantearse la importancia de la masturbación genital infantil como un camino hacia la feminidad.

Así como también hacia la posibilidad orgástica frente a la penetración en la relación sexual.

Considera que este tipo de onanismo infantil sano, al que llamó “feminizante”, es cualitativamente diferente del patológico. E Intenta demostrarlo con diferentes ejemplos clínicos, de experiencias relatadas por padres y pacientes.

La masturbación como acto es siempre una actividad autoerótica. Sabemos que en la infancia, dada la inmadurez efectora y emocional para la búsqueda de un objeto amoroso sexual en la realidad, cualquier otra solución es inadecuada.

Concluye partiendo de sus investigaciones, que en este tipo de onanismo “feminizante” se observan las siguientes
características:
1. La fantasía que aparece es la de una escena primaria benévola con características edípicas. Priman las imágenes y sensaciones de movimiento, la unión con un partenaire masculino y la mirada del hombre (padre) que da significado erógeno a su cuerpo.

2. Las niñas se identifican con la madre (o sustituía) en sus deseos femeninos hacia el padre.

3. El padre (o sustituto) que las valora está presente desde lo simbólico y la realidad. Es decir que la función paterna ha sido experimentada por la presencia del padre desde la sensorialidad cinética (Salas, E., 1978).

4. No se observan como predominantes fantasías que sustenten deseos bisexuales o pulsiones perversopolimorfas. Por lo contrario, en la masturbación patológica, o en los actos que sustituyen a la masturbación (tales como el rocking, el chuparse el pulgar, el tirarse del cabello o arrancarlo compulsivamente, el comer compulsivo, etc.), se encuentran las siguientes características:

La fantasía que acompaña al acto es regresiva, narcisista, pasiva y con características preedípicas. Priman las escenas de soledad, vacío e indefensión. Por consiguiente la niña se identifica con una madre desvalorizada.

Regresivamente, se somete a un objeto oral primitivo y frustrante. La fantasía de deseo que aparece es la de retorno al vientre materno.

Por otro lado, los aportes narcisizantes de sus padres o sustitutos son insuficientes o han sido interrumpidos, lo que impide un acceso a la figura paterna. Prevaleciendo las fantasías bisexuales y las pulsiones perversopolimorfas.

Al refererirse a una situación de abuso sexual por masturbación, la especialista observa lo siguiente:

1. La fantasía que acompaña el recuerdo de la escena es regresiva, agresiva y con características preedípicas. Se escenifican situaciones de parálisis o sensaciones de pérdida de control.

2. La niña se identifica con el agresor. Se siente culpable, y se protege a sí misma y al agresor en sí a través del mutismo o reprimiendo la experiencia. Se siente a merced de un objeto primitivo, perseguidor, que la fetichiza y la convierte en su falo.

3. No se observa una relación de alteridad.

4. Prevalecen las pulsiones perversopolimorfas.

Resumen

En este trabajo la autora plantea la posibilidad de arrojar nueva luz sobre el tema de la interpretación de la masturbación infantil femenina. A diferencia de lo planteado por Freud, que la consideraba “tóxica” y ligada exclusivamente al complejo de castración. Comparado también con otros autores posfreudianos, discrimina este tipo de masturbación patológica, o actos equivalentes, de la que llama masturbación “feminizante”.

Ésta sería saludable en la infancia, seguiría el camino de la elaboración edípica y contribuiría a la resignificación de las redes
erógenas.

Toma extensivamente los conceptos de Winnicott sobre el espacio y fenómenos transicionales para la comprensión de sus ideas.

También hace referencia al impacto traumático en el psiquismo que provoca la masturbación suscitada por abuso sexual, y lo compara con los casos anteriores.

Realiza esta comparación tomando como puntos de observación: 1) las fantasías suscitadas, 2) la identificación de la niña, 3) la estructuración preedípica o edípica y 4) el nivel de integración pulsional y duelo a elaborar.

Por último, presenta varias viñetas clínicas en las que se ejemplifican los distintos casos de onanismo previamente mencionados.

Contenido seleccionado por: Julio C. Alcubilla B./Noticias24.com

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