Eran las 10:10 de la mañana de este jueves. Ingresamos a la caballeriza N° 34 del entrenador José Francisco D’Angelo.
Los ejemplares ya en reposo y la mayoría alimentándose y otros, acostados en sus puestos. Bajó el ritmo diario.
Pero, no para el capataz Andrés Adams, herrero Mario Adams, el médico veterinario Freddy Morales y el administrador Mauro Rivas.
Salen los caballos que corren. A la par Mario bromea con unos caballerizos. Unos de los trabajadores soltó: “Yo tenía una novia, pero que va, tuve que dejarla. Era un problema”, mientras se escuchaba el sonido de los ajustes de las herraduras de My Funny Champion.
“Ese me gusta para ganar”, soltó José Francisco D’Angelo mientras solucionaba un caso de unos puestos ágilmente con sus dos celulares.
En el otro pasillo de la cuadra, estaba Mauro Rivas tomándole fotos a los ejemplares. Es un reporte que le envía vía correo a los propietarios para mantenerlos informados.
“Dale, dale que faltan 20 ejemplares”, le soltó Mauro al caballerizo Guillermo León quien ya caminaba lento luego de la faena. “Nooo vale”, dijo riéndose mientras guiaba de nuevo a su puesto a la yegua Lady Luck.
Pasaron las 11:30 de la mañana y D’Angelo en la espera de Freddy Morales para revisar y ajustar la salud de los animales que corren este fin de semana.
“Pegó el hambre”, soltó Kikito, a la par cuando rayaba los apuntes cumplidos del día.
Luego, apareció Gilberto Vásquez, el agente de Joezer Rangel. Inquieto y también con apetito. Estaba esperando a su jinete y al mayor Víctor Torres que calificó de estrella.
Vásquez caminaba, miraba el celular que se quedaba sin pila y hasta se sentó con el vigilante del portón.
Llegó Joezer Rangel. “Estoy sorprendido por esta campaña. Pero, gracias al trabajo”, dijo.
Otra vez su agente: “Vamos para Hoyo de la Puerta, negrooo. Sale un conejito al vino”.
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