Entrevistamos al Dr. Eghon Guzmán Gineco Obstetra de Chile, para aclararnos hacia dónde va o debe ir la cesárea.
“La cesárea se sabe se practicó por el año 875 antes de Cristo y luego posteriormente, para el año 115 antes de Cristo, la ley romana prescribió la cesárea para salvar la vida del bebé cuando la madre había muerto. Si reconocemos estos datos históricos, observamos que más de dos milenios atrás, estamos hablando de la cesárea”.
“Posteriormente, nació “El César” y se dice que éste nació bajo éste procedimiento y es aquí cuando se le denominó cesárea en honor a su nombre. Otras versiones consideran, que este término se refiere al vocablo “caedere”, que significa cortar, fisurar”.
Durante mucho tiempo la cesárea, no se realizó, cayendo en descrédito debido a la alta mortalidad como consecuencia del procedimiento. Y para el año de 1885, ya se realizaba popularmente un procedimiento con suturas y planos muy similares, a lo que identificamos como la cesárea clásica. Para el siglo XIX, la cesárea se realizaba en Europa, pero tenían un 85% de mortalidad. Hoy en día, se toma el paradigma, de ser un procedimiento que se lleva a cabo para salvar la vida del niño.
En Estados Unidos, el índice de cesárea está alrededor de un 25%, en Latinoamérica, las cifras están alrededor de un 35%, en algunos países como Australia, está en el 33%, México y Brasil en un 40%, Chile en un 37%, en Venezuela aún cuando no se conocen cifras oficiales nacionales, se calcula que el porcentaje de cesárea varía entre un 25% en instituciones públicas y 90% en centros privados”.
“Si comparamos los países de Latinoamérica con los de Europa, en general los europeos están alrededor del 20%. Esto se debe a que en nuestros países de Latinoamérica, existe una cultura médica menos organizada en relación con los países de Europa. Es decir, cuando tenemos partos atendidos por profesionales, se tiende de alguna manera a asegurar la vida de la madre y del niño, creyendo que con la cesárea vamos a mejorar los parámetros y nuestros indicadores biomédicos. Sin embargo, se ha visto que países como Cuba y Uruguay, tienen un índice de cesárea alrededor de un 23%. Como en el caso de Chile, que tiene un índice biomédico de país desarrollado, siendo un país en vía de desarrollo”.
¿En éste sentido, a dónde debemos apuntar?
“La principal población, quizás uno podría dividir en dos tipos: las primíparas (o aquellas mujeres que paren por primera vez), el 40% de los partos se debe a distocias”. *La distocia ocurre cuando el feto, por diversas causas, provoca alguna alteración en el mecanismo del parto. Prolongando e interfiriendo con su evolución y pronóstico, de modo que no es posible el parto vaginal”.
“En muchos lugares, para acelerar el proceso del parto, se llevan a cabo inducciones con ciertos medicamentos, los cuáles hacen que se produzcan contracciones uterinas. Pero cuando no están dadas las condiciones, lo único que hace uno es que probablemente, este trabajo de parto que tendría que ser fisiológico y normal, se obstruye y termina uno en una cesárea. El problema radica, en que ésta mujer cuando fue sometida a una cesárea tiene su segundo parto, llegando a tener solo un 40% de un parto normal”.
Sin embargo, existe una matriz de opinión, la cual pudiese ser avalada desde el punto de vista médico, cuando una mujer se tiene que someter a una cesárea, siente que existe un gran peligro, ¿cómo abordar esto?
“Definitivamente esto debe ser considerada una mala matriz de opinión. Las mujeres en todos los países han ido apoderándose de sus derechos exigiendo el parto por cesárea. Considerando la tasa de fecundidad en todos nuestros países de Latinoamérica, ha bajado mucho, tenemos una tasa de fecundidad en Chile de 1.8%, las parejas están teniendo menos de dos hijos por pareja, cuando en el año 50 era de 6. Están eligiendo tener un solo parto, para asegurar entre otras cosas evitar un daño neurológico, por imaginar que un parto por fórceps les va a causar daños, o secuelas neurológicas al bebe, o que le va a dañar su piso pélvico, e incluso cuando llegan a la tercera edad, van a tener prolapsos, o incontinencia urinaria.”
¿Cuáles serían las contra indicaciones o realidades desde el punto de vista clínico, para que una mujer pueda o no ser sometida a cesárea?
“Las causas para ser sometida a cesárea son muchas, hoy en día la mujer tiene el derecho a la autonomía. Existen muchas mujeres que quieren un parto lo más rápido posible, exitoso en lo posible y lo más corto posible. Creen que con esto es mucho mejor que estar ocho o diez horas en trabajo de parto; el cual es agotador y que no les asegura el pronóstico”.
“Pero si ésta paciente, que tiene la autonomía, para decidir o autorizarme a hacer éste procedimiento, está bien informada y se le dice que, a pesar de la experticia que puede tener su especialista tratante, el parto por cesárea tiene cinco a seis veces más riesgo de enfermar o morir, que un parto normal, cambiaría el paradigma. Hoy en día el médico que tiene un resultado adverso, se debe enfrentar a los tribunales, la mala praxis médica se condena”.
“Éste médico a la menor alteración de algún parámetro, va y realiza una operación cesárea, en esto tienen un poder inmenso los medios de comunicación, su importancia es vital, pues si alguien tiene un mal resultado, sale la prensa sensacionalista a destacarlo en primer plano. Cuando se comprueba que el médico no tiene culpa, en la prensa no existe ningún desmentido”.
“Por otro lado, existe la matriz de opinión, de que los médicos hacíamos más cesáreas, porque teníamos mejores remuneraciones con ello. En mi país, como en algún otro, se paga menos por una cesárea que por un parto normal; sin embargo, siguen habiendo más cesáreas. Entre otros factores, por la optimización del tiempo, en tal sentido tenemos una cultura médica hacia la cesárea, a diferencia de un parto más humanizado”.
“En el cual la culpa no recae en el especialista que atiende a la paciente, sino en el sistema, si algo llega a fallar y no se da el resultado deseado. Mientras esto no se dé, vamos a tener altos índices de cesárea. Si profundizamos desde el punto de vista ético, en el cual el riesgo de un parto normal con relación a un parto por cesárea fuese igual, tendríamos que bajar la incidencia de cesárea en el mundo”.
“Preguntarnos, que derechos tenemos de imponerle a nuestras pacientes, el tipo de parto. Sin embargo, al tomar en cuenta a la medicina basada en la evidencia, que contempla una buena información, nuestras pacientes van a poder decidir por sí solas junto con el médico, cual es la vía más expedita, y en cuáles situaciones se debe proceder a una cesárea o al parto normal. Una de las principales acciones que se han llevado a cabo, que los norteamericanos han descrito como la regla de oro, es que no se hace ninguna inducción de parto antes de las 39 semanas de gestación. Esto evita que exista un aumento en las cesáreas, en el mundo”.
“Existe por otro lado, algo irrefutable cuando nos referimos a la recomendación clínica, de un parto bajo cesárea, es primordial la atención profesional del parto. Este parto debe ser atendido por un profesional, que es distinto a aquel que tiene la experiencia, por igual éste procedimiento quirúrgico, ha de llevarse a cabo en un lugar, en el cual el equipo médico en conjunto con la institución, tenga la infraestructura, los materiales de sutura, la tecnología adecuada, para realizar éste procedimiento. Y es fundamental para el rescate del recién nacido, que existan unidades neonatales, con personal capacitado”.
¿Desde el punto de vista del feto o niño que va a nacer, cuáles serían las consideraciones éticas referentes a una cesárea o a un parto vaginal?
“Una mujer sana, que no tiene patología durante su embarazo, no tiene una urgencia médica concomitante con una patología: un desprendimiento de placenta, se le rompió la membrana, etc.; desde el punto de vista ético se le debe brindar la posibilidad de un parto vía vaginal, porque tiene mejores resultados, pero sin embargo la cesárea es importante en algunos casos”.
“La cesárea tiene mayores riesgos, por la posibilidad de enfermar o morir y fundamentalmente una de las causas principales es la infección por parto. Un 5% de los partos normales, van a presentar hemorragia por parto, la cual se debe resolver antes de las 24 horas, la mayoría de las mujeres se mueren de hemorragia post-parto si no están en óptimas condiciones médicas. Existe una baja proporción, que a pesar de llevar a cabo los procedimientos clínicos apropiados: útero tónico, tejido, trauma, trastorno de la coagulación, etc., puede llegarse a realizar una histerectomía y antes de esto probablemente, realizarse una ligadura y otra serie de procedimientos”.
¿Qué ocurre con el parto prematuro o la muerte prenatal?
“Anteriormente, hablamos de la protección de la madre, ahora hablamos de la muerte prenatal, que es la muerte que ocurre antes del parto y los primeros siete días de recién nacido; a su vez esto impacta en la mortalidad infantil. El 50% de la mortalidad infantil es consecuencia de la muerte prenatal y el 75% de las secuelas neurológicas que tienen los niños, se debe a un parto prematuro”.
“Por lo tanto es trascendente el diagnóstico en forma oportuna, además estamos frente a otro paradigma, la incidencia de parto prematuro en el mundo, no ha bajado, se ha mantenido estable durante décadas. En nuestra región está alrededor de un 10% y en Chile está por el orden de un 5%. A pesar de todas las medidas que se han tomado en cuenta, y gastado una cifra gigantesca en millones de dólares para prevenir el parto prematuro, aún estamos en deuda. La mortalidad infantil arroja cifras alarmantes, de un 60% como consecuencia del parto prematuro y un 40% por malformaciones. Y dentro del parto prematuro, debemos referirnos al Síndrome causado por incompetencia cervical, infecciones, estrés fetal, enfermedades de la madre, etc”.
“Hoy en día, debo rasgarme las vestiduras a favor de un especialista venezolano, uno de los pioneros que puede cambiar éste paradigma, el Dr. Roberto Romero. Este médico venezolano, trabaja desde hace mucho tiempo en Estados Unidos, el cual ha logrado llevar a cabo muchos estudios y ha descubierto que parte del problema es de origen genético. Y por lo tanto aquí hay un futuro promisorio. El estudio de los genes, nos reconoce hoy en día que existe un polimorfismo que puede causar parto prematuro precoz. Pero por otra parte el Dr. Romero, ha hecho algo muy trascendente, es que hay que pesquisar las pacientes de alto riesgo, porque si las pesquisamos y manejamos bien, probablemente vamos a bajarles su preponderancia a parto prematuro, y bajaremos como consecuencia la mortalidad perinatal.
“Esto lo ha llevado a cabo el Dr. Roberto Romero, a través de dos procedimientos: Uno que es midiendo el cuello del útero con ultrasonido y por otro lado, en aquellos pacientes que tienen el corto, uno les suministra progesterona, prologándose el embarazo. Múltiples trabajos promisorios, además, han demostrado que la complementación un año antes del embarazo, con ácido fólico, mejora mucho la posibilidad de disminuir significativamente la incidencia de parto prematuro”.
Escrito por: Julio C. Alcubilla B./Noticias24.com