El cineasta Howard Brookner formó parte de la vanguardia neoyorquina de los 80, junto a Jim Jarmusch o Spike Lee, pero el sida se lo llevó de forma prematura. «Uncle Howard», filmada por su sobrino Aaron Brookner, desentierra el legado del autor del más logrado documental sobre William Burroughs.
Y lo hace de forma casi literal. Más de 300 latas de celuloide, incluyendo esa primera película sobre el escritor de la generación Beat pero también vídeos personales y otros trabajos, permanecieron sepultadas en el «búnker» neoyorquino de Burroughs durante 30 años.
Ese apartamento situado en el 222 de la calle Bowery, en el Lower East Side de Manhattan, es hoy propiedad del poeta John Giorno, que en un principio no puso demasiadas facilidades a Aaron Brookner para acceder al interior, tal y como muestra la película en su arranque.
«Lo mejor que puedo decir sobre Giorno es que hay que ser un tipo particular para preservar el búnker tal cual durante 30 años, y no hacer lo que hizo todo el mundo en Nueva York: vender a un promotor de apartamentos de lujo», explicó hoy a Efe el autor de «Uncle Howard».
«Esa misma actitud defensiva que tuvo al principio hacia mí es lo que ha permitido que los negativos se mantuvieran intactos todo este tiempo, no es algo habitual», precisó Brookner durante una visita a Madrid con motivo del estreno del filme, este viernes.
La película sobre Burroughs, a quien Howard filmó a lo largo de cinco años y que gracias a esta recuperación pudo ser remasterizada y reestrenada en 2014, es la puerta de acceso al universo del cineasta, autor de otro filme desaparecido sobre el director de escena Robert Wilson y de una cinta de ficción con Madonna y Matt Dillon, «Bloodhouns of Broadway», que no llegó a ver estrenada.
Algunos de sus amigos se ponen frente a la cámara en «Uncle Howard». Desde Jim Jarmusch, que también es productor ejecutivo del filme, a Tom DiCillo o James Grauerholz, heredero de Burroughs.
Otros aparecen en las impagables filmaciones de archivo: Allen Ginsberg, Patti Smith, Andy Warhol, Frank Zappa o Laurie Anderson.
Howard vivía pegado a la cámara, lo filmaba todo, en una época en la que esto aún no era habitual. Por eso, «Uncle Howard» es también un retrato de la revolución contracultural de la época, además de un homenaje de un sobrino a su tío, un hombre seductor e inspirador, curioso, seguro de sí mismo y con gran sentido del humor.
Aaron Brookner tenía solo siete años cuando falleció. «Cuando eres un niño y alguien te presta atención de verdad, es algo especial y Howard me prestaba mucha atención, me enseñó lo que es una cámara, un set de grabación, me introdujo en un mundo muy excitante», explica.
El verdadero desencadenante de este documental para Aaron fue el descubrimiento de una carta que Howard había escrito a sus padres para que la leyeran después de su muerte. En ella, el autor de «Burroughs The Movie», fallecido con 35 años en 1989, se despedía con una gran serenidad, satisfecho por haberse dedicado a lo que amaba y por haber asumido riesgos.
«Esa carta cambió mi forma de pensar, me influyó mucho», afirma Brookner. «Mi tío vivió sin miedo y esa es una gran lección para cualquier artista y para cualquier persona, especialmente en esta época en la que parecemos tan dominados por el miedo», sostiene, en referencia a la reciente victoria electoral en las presidenciales de Estados Unidos de Donald Trump.
«Un presidente como Trump no sale de la nada. Cuando miras lo lejos que llegó aquella generación, Mapplethorpe, Keith Haring, Basquiat, dieron un auténtico golpe, pero no me siento triste por la situación de hoy sino esperanzado por lo que se puede lograr», afirma.
Con información de: Eluniversal.com