“Pasé 12 horas pariendo a mi bebé muerta”: el drama de buscar un aborto en América Latina, la región con las leyes más estrictas del mundo

La terrible noticia llegó con la primera ecografía.

Andrea tenía 11 semanas de gestación cuando descubrió que su bebé no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir porque tenía un tumor entre el cuello y la cabeza.

Visitó a cinco médicos y todos le dijeron lo mismo: lo único que podía hacer era esperar a que la bebé muriera, naturalmente, en su vientre. Cuando eso ocurriera, podría dar a luz.

«Fue una tortura esperar a que llegara ese momento. El tiempo se detuvo, no encontraba la manera de afrontar esa situación. La incertidumbre era horrible, sentía que todo en mi vida estaba mal», le cuenta Andrea a BBC Mundo.

A medida que el tiempo transcurría, su salud se deterioraba, no podía caminar, dormir ni comer, había perdido mucho peso.

Finalmente, el día llegó. La ecografía que le hicieron a las 26 semanas de gestación reveló que la bebé había muerto.

«Después de 12 horas de trabajo de parto, ‘nació’ mi hija muerta. Se desangró en mis brazos».

Restricciones

Andrea consideró practicarse un aborto en forma clandestina, pero le dio miedo que pudiera sufrir alguna complicación o que la descubrieran.

Vive en Chile, en donde el procedimiento está prohibido en cualquier circunstancia, bajo pena de prisión.

«Las leyes con respecto al aborto en la región son de las más restrictivas que existen en el mundo«, le dice a BBC Mundo Giselle Carino, directora regional de la Federación Internacional de Planificación Familiar (FIPF), una organización que trabaja con decenas de agrupaciones en el continente a favor de los derechos reproductivos de las mujeres.

Y añade: «Hay siete países en América Latina y el Caribe en los que el procedimiento no se permite bajo ninguna circunstancia«.

Se refiere a República Dominicana, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Chile y Surinam, de acuerdo a los datos recopilados por el Centro para los Derechos Reproductivos, una organización que se dedica al análisis del tema.

AMÉRICA LATINA: DÓNDE SE PERMITE EL ABORTO Y EN QUÉ CASOS

Sin embargo, en los últimos meses ha aumentado significativamente el número de consultas para obtener información acerca de cómo realizar un aborto.

Esto, de acuerdo con los números de organizaciones que se dedican al tema, como Mujeres en la Web (WoW, por sus siglas en inglés), una de las organizaciones internacionales más importantes que ofrece orientación acerca del aborto desde hace más de 10 años.

«Hemos estado recibiendo alrededor de 1.500 correos electrónicos mensualmente», le dice a BBC Mundo la doctora Rebecca Gomperts, directora de WoW.

Incremento de 108%

El zika, y la confirmación de que hay riesgos de que un bebé nazca con microcefalia si su madre estuvo expuesta al virus, ha sido un factor clave en el tema.

Un estudio reciente acerca de las solicitudes de información para la realización de abortos a raíz de la alerta que se declaró tras la propagación del zika, en el que participaron las universidades de Cambridge, en el Reino Unido, y de Princeton, en Estados Unidos, revela la magnitud del aumento.

«Detectamos un incremento en la demanda por abortos de hasta 108%. En el menor de los casos, se registró un aumento de 36%«, le dice a BBC Mundo Catherine Aiken, profesora del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Cambridge y una de las coordinadoras de la investigación.

Los países que encabezan la lista son Brasil y Ecuador, en donde la demanda superó el 100%, en Venezuela fue de 93%.

«En las naciones en las que la recomendación oficial ha sido la de evitar embarazos, la solicitud de abortos tiene lugar fuera del sistema formal de salud», explica Aiken.

Y prosigue: «Muchas mujeres recurren a organizaciones como WoW, pero quienes no saben acerca de esas alternativas o no tienen acceso a internet, recurren a cualquier cosa».

Y es por esa razón que el mercado negro prospera.

De boca en boca

Si bien no existen muchos detalles acerca del funcionamiento del sistema paralelo al que muchas recurren para practicarse un aborto en los países en los que es ilegal realizarlo sencillamente porque es el deseo de la mujer, hay cierta información al respecto.

«Compran pastillas a través de internet que en muchas ocasiones son falsas. Gastan mucho dinero, pero terminan con caramelos… o algo peor. También recurren a personas que operan fuera del sistema oficial de salud en condiciones muy inseguras«, indica Aiken.

La doctora apunta que es difícil obtener estadísticas al respecto porque, oficialmente, es algo que no existe. Por esa razón, tampoco hay registros acerca de las complicaciones que pueden surgir de estos procedimientos.

«La mayoría de las mujeres que quieren practicarse un aborto se enteran de las opciones a través de la experiencia de vecinas o amigas«, le dice a BBC Mundo Isabel Pérez, de la organización Planificación Familiar, en Venezuela.

«Se introducen en la vagina tallos de perejil o ganchos de ropa. También recurren a traficantes de medicamentos en las comunidades, pero no conocen el protocolo de uso de las pastillas, así que terminan con hemorragias o no logran interrumpir el embarazo», añade Pérez, refiriéndose a los casos que han tratado.

95% de los casos: inseguros e ilegales

El aborto está despenalizado en cuatro países de América Latina: Uruguay, Guyana, Cuba y Puerto Rico, según el Centro para los Derechos Reproductivos.

Aparte de los países en los que está absolutamente prohibido -mencionados con anterioridad- el procedimiento se permite en ciertas circunstancias en el resto de los países latinoamericanos y caribeños.

Esta realidad implica que «el 95% de los abortos que se practican en la región se realizan de forma ilegal y en condiciones inseguras«, indica Giselle Carino, directora de la FIPF.

Adicionalmente, se estima que más del 97% de las mujeres en edad reproductiva en la región viven en países en donde el aborto está restringido legalmente, de acuerdo al Instituto Guttmacher, un centro de planificación familiar estadounidense fundado hace 50 años.

El caso de Uruguay

La tercera causa de muerte materna en América Latina son las complicaciones generadas por un aborto, según datos de la Organización Panamericana de la Salud.

Especialistas en el área utilizan a Uruguay como un caso de estudio en la disminución de la mortalidad a través de la prevención de abortos inseguros, al margen del debate moral que rodea al tema.

«La despenalización en el país no es por causa, sino por plazo, puede realizarse hasta la semana 12″, le dice a BBC Mundo Leonel Briozzo, exministro de Salud de Uruguay, quien estuvo a cargo de la implementación de la ley de interrupción del embarazo en el país promulgada en 2012.

Y añade: «Fueron necesarios 10 años previos de implementación de un modelo de salud de disminución de riesgos en casos de aborto».

Según el estudio realizado por Aiken, tras la alerta declarada por la propagación del zika, en Uruguay no se registró ningún aumento en la solicitud de abortos a través de métodos no convencionales y al margen del sistema oficial de salud.

Dificultades y controversia

Entre los riesgos físicos de un aborto inseguro están las infecciones, sangrado profuso, daño permanente a la fertilidad, choque séptico, perforación de órganos e incluso muerte.

Pero eso no es todo.

Las diferentes organizaciones que ofrecen información acerca del tema coinciden en que el estigma social que afecta a una mujer que ha abortado, el aislamiento, el miedo a que la descubran o a que la enjuicien tiene consecuencias en su salud mental.

Para Carino, hay dos razones que explican las restricciones con respecto al aborto en América Latina.

«La influencia de la religión es considerable, particularmente la de la iglesia católica. Además, la sociedad es muy conservadora. Hay muy poca comprensión acerca de cómo el aborto inseguro afecta la salud de una mujer y la igualdad de género».

Aiken, por su parte, afirma que incluso en los países en los que es legar practicar un aborto en una circunstancia específica, hay dificultades para acceder a la práctica y a los médicos les da temor realizarlo.

Pero al margen de la discusión moral que plantea la posibilidad de realizar -o no- un aborto, para Andrea, tener la opción habría hecho una diferencia.

«Antes de tener que vivir la triste espera de la muerte de mi hija, hubiera preferido someterme a un aborto en un momento oportuno«.

Con información de: bbc.com/mundo