Es cierto que la remontada ante el PSG borró el resto de sensaciones que se han vivido en las últimas semanas en Can Barça. El subidón que dio el pase a cuartos de final de Liga de Campeones hizo olvidar el decepcionante encuentro celebrado en París y la pobre imagen que se dio ante el Leganés en el Camp Nou.
Sin haber perdido un encuentro en Liga desde el mes de octubre cuando cayó ante el Celta en Balaídos, el Barcelona viajaba a velocidad de crucero por la temporada hasta que llegó la visita a la ciudad del amor.
La desaparición de sus estrellas ante el equipo de Emery con el 4-0 en contra y las dudas creadas ante Leganés y Atlético de Madrid, dejaron paso a un cambio radical que comenzó con Celta y Sporting como rivales. Gallegos y asturianos se llevaron serios correctivos en sus enfrentamientos ante los culés. Las citas sirvieron como aperitivo de lo que iba a suponer la visita de un PSG que se encontró con una goleada nunca antes vista en el mundo de la Liga de Campeones.
Con el gol de Sergi Roberto en el último suspiro, el Camp Nou se convirtió en una fiesta que algunos jugadores alargaron en diversos locales de Barcelona. La euforia se adueño de una plantilla que había conseguido un reto nunca antes visto. Tras los títulos conseguidos, a los de Luis Enrique sólo les faltaba dar la vuelta al marcador de una forma insólita.
Para seguir con el cruce de sensaciones y los altibajos, el Barcelona rizó el rizo un poco más. Tras haber conseguido depender de sí mismo en LaLiga, los culés cayeron ante el Deportivo. Contra uno de los equipos que se mueve en la parte baja de la tabla, los azulgrana no supieron llevarse los tres puntos y volvieron a decepcionar a sus aficionados.
Así, con alegrías y decepciones, el Barcelona está haciendo sufrir a sus seguidores, aunque no hay dudas de que en el tramo final de la temporada tienen la oportunidad de que los suyos vibren más que nunca con la presencia en los cuartos de final de la Liga de Campeones, la lucha con el Real Madrid por el título liguero y la próxima disputa de la final de la Copa del Rey contra el Alavés.
Con todo lo sucedido, veremos si en las próximas fechas, las sensaciones se estabilizan por el bien de la afición culé.
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