Mientras las colas para la gasolina se agudizan y el malestar social crece porque ahora, en el país con las mayores reservas de petróleo, no hay combustible en las estaciones de servicio, un problema que fue advertido por años y no se atendió a tiempo desembocó en la situación actual de abastecimiento de gasolina.
En entrevista, el economista Fabio Valentini, quien además ejerce como coordinador nacional de universidades de Vente Venezuela, aseguró que las colas para abastecerse de combustible debelan el estado de deterioro que atraviesa la industria más importante del país: Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Señaló que la situación de Pdvsa acumula una serie de motivos. Sin embargo, el que más preocupa y hace daño es el problema estructural de la estatal. “Las políticas de la corporación han cambiado a tal punto desde 1999, que la burocracia y el manejo indebido se han convertido en uno de los principales factores que juegan en su contra”.
Detalló que desde la “recuperación” que sufrió la industria luego del paro petrolero de principios de la década del 2000, se dejó atrás una estela de prácticas que eran necesarias para garantizar la operatividad en el tiempo.
Valentini detalló que Pdvsa dejó de suscribir contratos de cooperación tecnológica que mantuvieran la competitividad con el resto de los países árabes, que siempre fueron los Estados con los que Venezuela era comparada.
A ello se suma la “fuga de talentos”. El especialista sostuvo que en los últimos años la migración de ingenieros y demás expertos se incrementó de manera sin precedentes, lo que deja en Pdvsa un vacío de personal con experiencia para el manejo de las operaciones.
Valentini agregó que el abultamiento de la nómina ha generado más egresos que ingresos, mientras la operatividad sigue en caída libre. “En 1996, con 40 mil personas, Pdvsa llegó a producir casi seis millones de barriles diarios, mientras que en la actualidad, con 70 mil trabajadores, no supera el millón 700 mil barriles diarios”, explicó.
Además, recordó que en aquella oportunidad en la que Venezuela sobrepasó las cifras de producción, estuvo a punto de ser sancionada en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
Aunado a este dantesco panorama, se agrega la falta de mantenimiento, lo que ha provocado una merma en la capacidad de refinación porque no hay suficiente capacidad instalada. Esto se convierte en un doble dolor de cabeza porque el crudo venezolano es extra pesado y su proceso de purificación es mucho más costoso, ya que requiere elementos extras que lo hacen menos apetecible para el mercado internacional.
Al referirse al estado de deterioro, explicó que es difícil establecer una cifra exacta debido a la opacidad del régimen en esta materia. No obstante, haciendo referencia a los cálculos del IESA, que ha estimado que la operatividad de Pdvsa está en el 40%, se puede decir que más de la mitad de la industria no funciona.
El economista puso como ejemplo la planta refinadora de Amuay, que actualmente produce 500 mil barriles diarios, cuando su capacidad es de 950 mil.
En relación a la recuperación de la industria, dijo que ese proceso será lento, pero posible, pues recuperar una corporación de la talla de Pdvsa implica grandes esfuerzos, empezando por conocer el daño que recibió en los últimos años.
La corrupción roja
El manejo que ha recibido Pdvsa es otro de los aspectos que la ha desangrado. Fabio Valentini atribuye esta responsabilidad directamente a los directivos de los últimos años.
Criticó que Venezuela deba importar combustible, como lo hace con Argelia. Dijo que existen 15 barcos esperando por el pago de Pdvsa para traer combustible al país.
Nota de prensa
Con información de: Lapatilla.com