El Caribe / Santo Domingo. – Más de 2.3 millones de personas alrededor del mundo tienen esclerosis múltiple, una de las enfermedades más comunes del sistema nervioso central.
La esclerosis múltiple altera el funcionamiento normal del cerebro, el nervio óptico y la médula espinal, provocando la pérdida de funciones físicas (por ejemplo, dificultad para caminar) y cognitivas (como la pérdida de memoria).
Esta es una enfermedad inflamatoria y neurodegenerativa en la que el sistema inmunológico destruye la mielina, que es un recubrimiento que protege las fibras nerviosas, lo que afecta la conducción de los impulsos eléctricos desde y hacia el cerebro. El daño al nervio es causado por la inflamación y esas lesiones son las que producen varios de los síntomas de la esclerosis múltiple, como la visión borrosa, entumecimiento, hormigueo en diferentes partes del cuerpo, mareo, fatiga y cambios cognitivos, entre otros.
Para cada paciente el camino a seguir para la adecuada atención de la enfermedad es diferente porque los síntomas varían; por esa misma razón, en algunos casos, el diagnóstico de la enfermedad toma algún tiempo. Para determinar si se trata o no de esta condición, el médico recopilará una serie de datos y realizará varias pruebas a fin de empezar por descartar otras enfermedades con síntomas parecidos.
Dentro de los síntomas más comunes de esta enfermedad están: fatiga, dolor, disminución en el control de la vejiga, disfunción sexual, problemas de movimiento y coordinación, problemas visuales, cambios emocionales y cognitivos, entre otros.
Aunque predecir el desarrollo de esta condición o los síntomas que usted padecerá no es posible, determinar el tipo de esclerosis que padece si lo es y puede ayudarle a prepararse para enfrentarla. “La investigación en esclerosis múltiple se centra cada vez más en entender la importancia de disminuir la atrofia cerebral y la importancia de preservar el cerebro en las primeras fases de la enfermedad. Es por esto que insistimos en el diagnóstico temprano pues es un factor clave para dar tratamiento adecuado desde las primeras etapas y mejorar la calidad de vida del paciente”, aseguró el neurólogo español, Dr. Javier Montalbán.
Las estadísticas señalan que, sin un adecuado tratamiento, solo el 50% de los pacientes con esclerosis múltiple tendrán trabajo 10 años después del diagnóstico. De ahí que sea crítico el tratamiento temprano y eficaz.
Se describen tres diferentes formas clínicas de esta enfermedad:
La primera se conoce como esclerosis múltiple remitente recurrente EMRR, la cual se caracteriza por ataques (o brotes) con empeoramiento de la función neurológica, seguidos de periodos de mejora en los que el paciente se recupera parcial o completamente. El 80% de los pacientes comienza con esta forma clínica.
Esclerosis secundaria progresiva EMSP, que se caracteriza por la acumulación de discapacidad permanente entre recaídas.
Y el último tipo, la primaria progresiva EMPP, en la que los síntomas empeoran gradualmente con el tiempo desde el inicio sin recaídas. Es la forma cínica menos frecuente.
“Aunque no existe aún cura, si hay disponibles diferentes terapias que pueden alterar el curso de la enfermedad, retrasar su progresión, mejorar los síntomas y reducir los riesgos de recaídas” explicó el Dr. Montalbán.
Novartis ofrece una terapia oral para la esclerosis múltiple remitente recurrente, la cual ha demostrado tener eficacia en los cuatro parámetros claves de la progresión de la enfermedad: recaídas, lesiones, progresión de discapacidad y pérdida de volumen cerebral.
Esto se conoce como NEDA4 (por sus siglas en inglés No Evidence of Disease) y se alcanza cuando hay control en esos cuatro parámetros.